Marc Ciria califica de «falso» el plan de Roures para recapitalizar el Barça

El economista le desmonta la idea de vender el 25% del club a inversores privados porque ahora es el peor momento, porque se lo quedarán por la deuda, sin inyectar un euro, y porque querrán el control

Jaume Roures, factótum de Mediapro
Jaume Roures, factótum de Mediapro

El perfil barcelonista de Jaume Roures entra en una nueva dimensión, desconocida, a partir de su desplazamiento, despido o eliminación -como se le quiera llamar- de la cúpula ejecutiva de Mediapro, otro de los nombres propios íntimamente ligado a la dinámica barcelonista de Joan Laporta. El eje Laporta-Cruyff-Roures, en cualquier orden y formato, ha ejercido un poder efectivo y dominante de 2003 a 2010, también en la era Rosell-Bartomeu, desde dentro y desde fuera y ahora con nuevos formatos, aunque ya sin Johan en este nuevo periodo marcado por el regreso desbocado e incontrolable de Laporta a la presidencia.

Jaume Roures ha jugado numerosos papeles en el entorno azulgrana. Por un lado, como comprador y gestor de los derechos de televisión de la Liga a lo largo de muchos años, antes de que los clubs dieran finalmente el paso de gestionarlos de forma conjunta; y por otro lado, como propietario de Barça TV con Laporta y con Sandro Rosell, una especie de alquiler de la gestión, producción y explotación del canal, y también como proveedor, generosamente recompensado, de la tecnología aplicada a las reformas sucesivas del museo.

En marzo de 2021, por las especiales circunstancias de un gobierno alocado e improvisado, le tocó ser avalista ilegal para evitar la repetición de las elecciones y salvar a Laporta de hundirse incluso antes de empezar el mandato, pues en un descuido de los suyos olvidó preparar el aval para tomar posesión del cargo.

Un año después, Laporta hubo de recurrir otra vez a sus enormes recursos financieros para fingir la venta de Barça Studios, adelantando 10 millones por una compra ficticia del 24,5 % del supuesto gran negocio audiovisual y digital. Hoy se sabe que la operación fue puro teatro.

En todos los casos, sin embargo, Roures ha actuado y mantenido una determinante e infalible posición ventajista. Es decir, asegurándose siempre ganar por lo menos cuatro o cinco euros mínimo por cada euro invertido, si no directamente por la vía de la economía circular del laportismo.

Lo sorprendente es que el nuevo Roures, el que se mimetiza en un personaje de Los lunes al sol, desocupado, viene hablando del Barça con una ingenuidad y una ignorancia más que sospechosas. Lo mismo alimenta ese sueño de capitalizar Barça Media por 1.000 millones de dólares -comentario alucinante viniendo de alguien que conoce mejor que nadie ese negocio y que ha sido el primero en salir por piernas vendiendo su parte de la propiedad en cuanto ha podido-, que, alternativamente, plantea un cambio de modelo de propiedad o, por lo menos, abrir el debate.

«No me gustaría ser presidente del Barça. Lo que ya me gustaría es empezar un debate sobre el modelo de la propiedad. El Barça, como La Caixa, puede hacer una Fundación que proteja a la amplia mayoría de la propiedad y sacar el 25% o el 30% de las acciones. Ahora que el Manchester United está en venta y se habla de 5.000 o 6.000 millones, el FC Barcelona puede valer 4.000 m. o 5.000 millones, y, si vendes el 25%, arreglarías las cosas con 1.500 millones que entrarían de ese 25%. Lo que hay ahora es un modelo de falsa propiedad», ha dicho.

Razón no le falta sobre esto último, pues él sabe mejor que nadie cómo se las han arreglado todos los presidentes desde Josep Lluís Núñez para sostener ese modelo que, por un lado, obliga a la transparencia, el rigor y el control social; y, por otro, a gestionar el lado oscuro del negocio del fútbol, como cuando Jaume Roures era el abogado de Johan Cruyff.

Sobre el modelo de propiedad y ese debate que, de pronto, propone porque le parece necesario, y sobre su planteamiento para la refinanciación con una sencilla maniobra bursátil, son de una candidez inusual y extraña en alguien que sí que ha destacado empresarialmente es por su conocimiento y desempeño en el ámbito financiero y económico asociado a la industria del fútbol. ¿Por qué lo que dice es tan poco sustancial ni realista?

Algo trama Roures, indudablemente, aunque por ahora haya dado más muestras de estar más bien desorientado y de estar jugando premeditadamente a despiste.

El que le ha respondido de forma rotunda y contundente ha sido Marc Ciria, negando absolutamente que la venta de una parte del club sea posible y sea la solución a la situación crítica de Barça. «Eso es falso», le ha replicado quien desde 2015 fue mentor en materia económica del laportismo, o sería más exacto decir que fue el autor intelectual del discurso inflado y perverso sobre la necesidad de derrocar a Josep Maria Bartomeu antes de que tomara las medidas anticrisis que habrían salvado al Barça.

Ciria, un habitual de las tertulias especializado en blanquear bastante mejor que la junta de Laporta la manipulación y el engaño contenido en las cuentas de Laporta, ya no esconde sus pretensiones presidencialistas ahora que ya se ha desmarcado ligeramente de su servilismo. Eso sí, sin la beligerancia y la agresividad que por la mitad de la mitad de la mitad había ejercido sobre la junta anterior.

Sí que quiere ser candidato o, cuando menos, empezar como vicepresidente económico de Víctor Font, pues ambos han empezado, de pronto, a decir las mismas cosas, ha empezado fuerte o no midiendo del todo calculadamente las consecuencias de llevarle la contraria a quien ha ejercido de canciller azulgrana en la sombra cuando Laporta ha sido presidente.

Lo que asegura Roures «es falso», dice Marc Ciria, «desde el punto de vista objetivo, económico y financiero. Por tres razones, la primera porque cuando yo voy a negociar una venta y tengo necesidades financieras a corto plazo me voy a encontrar con un comprador que me va a negociar a la baja, como el que tiene una vivienda y la tiene que vender para pagar la deuda que tiene, distinto de aquel que no tiene prisa y se espera a que le paguen lo que él quiere. Ahora es el peor momento para iniciar un proceso de venta, aunque quede claro que yo estoy en contra de la venta en cualquier circunstancia. La segunda razón es que no nos aportaría ni un solo euro, es un cambio de deuda por capital. ¿Qué nos creemos, que harían los fondos de inversión? Como me debes 1.000 te lo transformo en capital, pero no te inyecto ni un euro. Y la tercera razón es más grave pues, aunque se queden con un 25% exigirán el control del club porque nadie va a poner dinero y no tener el control, sobre todo en el ámbito económico. ¿Qué ha pasado con el Manchester United, por ejemplo? Que los compradores lo que han hecho es repartirse dividendos, priorizan su negocio y revenderlo a un precio superior. En el supuesto de un modelo híbrido de sociedad, el Barça va a empezar un camino de no retorno porque una vez vendas una parte del club no la vas a recuperar jamás».

Se lo ha dejado claro. Ahora falta saber qué es lo que tiene que decir Jaume Roures o si de verdad va a impulsar un debate sobre el modelo de propiedad que, dicho sea de paso, a la junta actual y mucho menos a Laporta no le interesa para nada. ¿Y a los socios? Tampoco se sabe por qué los mismos que golpeaban a Bartomeu en nombre del futuro laportista han sido reventados, silenciados e ignorados, como el resto de los socios, por el nuevo régimen que tanto abonaron.

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