TV3 lleva al límite el delito de odio contra Bartomeu

Impresentable y repulsiva pieza del ‘Onze’ condenando a Abidal y al ex-presidente por la agresión a Hamraoui

Èric Abidal
Èric Abidal

No es ninguna sorpresa que TV3, a través de sus periodistas y programas de cámara del laportismo, hayan protagonizado otro de esos episodios de vergüenza ajena y de denuncia por parte del Colegio de Periodistas si no fuera también un nido de ‘palmeros’ del presidente azulgrana. Y no es por la audiencia, que sigue siendo verdaderamente baja, sino por defender intereses personales que, cabe deducir, tienen mucho que ver con esa otra trama que apuntó en su día Ferran Reverter al admitir que había periodistas cobrando del FC Barcelona. 

Además, cualquiera que se mueva en el entorno del FC Barcelona sabe que es posible obtener ventajas, privilegios y acceso a oportunidades que abren muchas puertas, posiblemente demasiadas a los informadores.

‘Onze’, el espacio diario oficial del laportismo de TV3, dirigido por Xavi Valls, en su día responsable que antepuso los insultos, ataques y mentiras de Enric Masip a la integridad y deontología de Lluís Canut, insultado en su propia casa, subió el listón con motivo de la noticia de la presunta relación de Eric Abidal y la de su esposa con el vandálico ataque a la jugadora del PSG, Kheira Hamraoui, ex-jugadora del Barça. 

Los minutos de odio, acoso y prejuicio permitidos por la no menos sospechosa dirección de Vincent Sanchis, en la práctica un mandado de Jaume Roures, pueden servir para una lección integral de lo que nunca debe ser el periodismo, menos aún promovido y tolerado por una televisión pública.

 Los hechos relativos a la posible relación de Abidal con un hecho delictivo grave se produjeron en París la semana pasada cuando la futbolista Kheira Hamraoui fue asaltada por varios agresores encapuchados que le golpearon en las piernas con barras de hierro. 

La policía francesa, en su investigación, ha atado cabos y abierto pesquisas que podrían implicar a la familia del ex-jugador y ex-secretario técnico del FC Barcelona. Resumido, la policía considera una hipótesis plausible el origen del incidente en una relación sentimental y extramatrimonial de Hamraoui con Abidal e incluso posible la venganza instigada por la esposa del futbolista francés. 

La policía sólo ha confirmado que llamará al matrimonio Abidal para tomarles declaración. El resto de la historia sólo es el relato periodístico ofrecido por el diario Le Monde que, curioso, ha contrapuesto esta versión a la ofrecida en un primer momento por L’Équipe, que implicaba a su compañera Aminata Diallo como ideóloga de la agresión por la competencia profesional en la misma posición de juego con Hamraoui, que es la jugadora titular.

Un culebrón, si se contempla con los ojos morbosos de una parte de los aficionados, pero desde luego un incidente de extrema gravedad, sea cual sea el motivo, inadmisible e irrepetible, que además de ser esclarecido debe identificar al culpable o a los culpables tanto materiales como incitadores del ataque.

Con estas premisas, TV3 decidió que la información daba para un especial, otro más, contra la figura de Josep Maria Bartomeu, a base de pegar una tras otras las imágenes de Eric Abidal de su reciente etapa en el club como director de fútbol, cargo al que accedió por la exclusiva voluntad de Pep Segura, el secretario técnico anterior a Ramon Planas, convencido de que él sí podría entrar en un vestuario del primer equipo cerrado a cal y canto a directivos y altos cargos.

Xavi Valls no sólo se prestó a ese juego sucio e impresentable, sino que además invitó a dos periodistas de esos que matarían por Laporta, Carles Fité i Xavi Torres, a ‘vomitar’ en directo y sin venir a cuento todo tipo invectivas y críticas despectivas dirigidas a la anterior directiva, para acabar concluyendo que ese pasado “apesta”, justificando y normalizando ese periodo del Barça como el caldo de cultivo ideal para acciones y hechos de esa naturaleza. 

No sólo dieron a entender, acusando y prejuzgando a Abidal como seguro culpable, que indudablemente está directamente implicado en la agresión, sino que de ese delito también es responsable Josep Maria Bartomeu.

Como ésta es la línea, el punto de partida diario de ‘Onze’, las salvajes e inmorales reflexiones de ambos periodistas pudieron pasar desapercibidas para un determinado público. No para algunos abogados que, rápidamente, expresaron su asombro por la inducción de TV3 a ese vertido de opiniones acusatorias y por la tolerancia de un medio público que dice presumir de profesionalidad, objetividad y de aplicar una cierta deontología. 

La agresión verbal, injuriosa y vergonzante, de ambos periodistas fue celebrada por el director, Xavi Valls, con esa complacencia del deber cumplido para con el director, Vicent Sanchis, y para con ese poder laportista al que inequívocamente sirven sin el menor disimulo ni recato. 

Cabe preguntarse si existe algún límite para esa prensa de los Xavi Torres y su lobby, referentes del periodismo que en su día jalearon que Joan Laporta eligiera a Abidal para pilotar su proyecto electoral de 2015, que no dudaron en cantar el acierto de esa apuesta, que elogiaron babosamente el perfil y la personalidad de quien, en el fondo, sólo fue propuesto por esa historia de superación de un cáncer de hígado con final idóneo para los intereses de la oposición a Rosell y a Bartomeu. 

Abidal, después de haber cobrado generosamente las temporadas de baja y una más, se fue del club molesto porque aún quería seguir en primera línea del fútbol pese a que los técnicos ya no lo consideraban apto para las exigencias de la alta competición.

Pero el héroe Abidal se convirtió en el enemigo público número uno del laportismo a partir de que aceptó entrar en el Barça de Bartomeu por decisión de Pep Segura, poco afortunada, por cierto.  A partir de ese momento, señalado por esa traición, Abidal cayó en desgracia a los ojos del otro bando. 

Hasta entonces, lo habitual en TV3 era que Abidal, cuando era nombrado como hombre de confianza de Laporta, apareciera levantando la Champions de Wembley 2011, momento histórico de expresión de los mejores valores del club azulgrana. Abidal también vio a abiertas las puertas de la Fundació Barça para impulsar la suya. 

Los implicados en este nuevo renovado periodismo  sometido al laportismo son sospechosos, cuando menos, de aparecer siempre del mismo lado del sector barcelonista que recurrentemente utiliza al FC Barcelona, una actividad de la que colateralmente siempre hay personajes, sean periodistas o no, generosamente beneficiados.

En el caso de TV3, desde hace años, la información deportiva, básicamente la del Barça, ha venido sirviendo únicamente al sector del soberanismo que, desde los años noventa, intenta gobernar el club. En un país normal, financiar con el dinero de todos los catalanes campañas, contenidos, entrevistas, programas y retransmisiones para conseguir influir en la opinión pública descaradamente a favor de Joan Laporta y en contra de presidentes como Josep Lluís Núñez, Sandro Rosell o Josep Maria Bartomeu forzaría una comisión de investigación por parte del Parlament de Catalunya.

 O incluso, directamente, la intervención de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals, otro ente históricamente insensible a las fechorías de la jefatura y redacción de deportes que, para adular a los héroes del laportismo y hostigar con crueldad a quienes no quieren aprovecharse de Barça, tiene carta blanca.

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