José Elías apuesta por un Barça SA sin la molestia de los socios

El propietario de Audax se da otro baño mediático para sostener la imagen de su compañía, más frágil y amenazada que nunca por sus pérdidas

José Elías

Mientras Audax Renovables, la comercializadora de José Elías, se debate entre las convulsiones del mercado, donde ha caído al cincuenta por ciento de su valor anterior a la crisis de las eléctricas, su presidente y avalista del FC Barcelona se viene dando un baño mediático con el único propósito de salvar los muebles y ofrecer una imagen de solidez y entereza financiera que nada tiene que ver con la realidad. También ha aprovechado para dar rienda suelta a su visión de un Barça en formato SA sin la molestia de tantos socios simulando que son los propietarios del club.

La lista de los millonarios de Forbes le ha permitido aparecer entre los 130 empresarios más ricos de España, con una fortuna valorada en 900 millones de euros, un indicador no actualizado a la posible fagocitación de Audax que puede ser solo cuestión de semanas según los expertos que también apuntan unas deudas crediticias de 1.000 millones y la posible catástrofe que supondría la pérdida de confianza del mercado y de las instituciones financieras en sus proyectos de expansión de la compañía, ansiosa de empezar a producir su propia energía eléctrica.

La Comisión Nacional del Mercado de la Competencia acaba de anunciar la primera de las numerosas multas que amenazan a Audax, la compañía de su género que, junto a Alterna y Aldro Energía, es la más denunciada proporcionalmente al número de clientes por prácticas abusivas en la contratación. Las quejas y reclamaciones se basan en que no se les explica bien lo que contratan o directamente se les induce a engaño. Esta primera multa, superior al millón de euros, es por haber comercializado fraudulentamente energía en domicilios de consumidores, sin su autorización previa, en la provincia de Jaén. Fuentes de la CNMC confirman que existen decenas de denuncias por la repetición de esta pauta de actuación comercial. Para evitar una peor imagen, Audax ha creado hasta veinte comercializadoras del mismo grupo con otros nombres para evitar el rechazo de sus potenciales clientes.
Sin embargo, ninguna de estas cuestiones surgió en la entrevista concedida por José Elías al espacio El Matí de Catalunya Ràdio, en principio para comentar la cuestión de la posible desaparición de los avales como obligación para ser directivo y presidente del FC Barcelona.

Ni una pregunta incómoda, ninguna alusión a la grave situación de la compañía que ha admitido pérdidas muy importantes en el primer semestre y, lo que es aún peor, la imposibilidad de frenarlas en lo que resta de año y mucho menos recuperarlas. No habrá Black Friday para Audax ese otoño.
Tampoco se le interrogó sobre esa mala praxis comercial, las multi denuncias o la posible incidencia de la inestabilidad de su empresa sobre su papel y responsabilidad en el Barça. Claro que Audax suministra electricidad a la Corporació Catalana de Mitjans Audivisuals de la que forma parte Catalunya Ràdio, lo que podría explicar que la entrevista fuera un ‘masaje’ o un ‘traje a medida’ como se suele decir.

La entrevista, absolutamente pactada y con el único propósito de proyectar la mejor imagen de José Elías y de Audax, resultó tan pobre, simplona y mal preparada, que incluso las dos cuestiones fundamentales o noticiables para el universo azulgrana pasaron del todo desapercibidas.

En primer lugar, José Elías estuvo de acuerdo en que la conversión del FC Barcelona en sociedad anónima es viable e incluso más interesante que la forma jurídica actual de asociación sin ánimo de lucro. Razonó que, mandando como mandan los socios que tienen más dinero o que están dispuestos a arriesgarlo, da igual que el resto de los barcelonistas sean socios o accionistas. Es más, mostró un cierto entusiasmo por ser accionista mayoritario, además de sostener, como ya era notorio, que su representante en la junta, Eduard Romeu, había defendido convenientemente el aval de Audax oponiéndose a la renovación de Messi. Es más, él lo hubiera traspasado dos años antes pues para él ya era un jugador decadente y con edad de jubilarse en otro club.

Catalunya Ràdio, como otros medios, han normalizado que una tercera persona, ajena a la junta directiva, se pasee por los medios presumiendo de un aval fuera de la ley, pues Eduard Romeu no fue directivo electo y su aval está bajo la lupa, jactándose además del giro ejecutivo en el club gracias personajes como Ferran Reverter, alérgicos como el propio Elías a mantener o fichar futbolistas de primer nivel mundial. Lo que se lleva es gastar en ejecutivos y endeudarse más allá del infinito para el Espai Barça, aunque acabe costando el triple de lo que vale. La contradicción de la vida mediática de Elías queda patente cada vez que, recurrentemente, niega que le consulten las decisiones de la junta “porque no me toca a mí decidir”, al mismo tiempo que acepta dar entrevistas como avalador jefe de la junta de Joan Laporta y opinar sobre esas decisiones que, casualmente, son coincidentes con las de su empleado, Eduard Romeu.

La  otra llamativa aportación de José Elías fue, por omisión de los periodistas presentes, su intención de volver a estar en el momento apurado de los avales si estos siguen siendo necesarios. La pregunta flotante pasa por saber qué hará Joan Laporta si, a partir del 17 de enero, nueva fecha límite para la más que probable eliminación de los avales, ya no necesita a José Elías ni su dinero y mucho menos a un vicepresidente económico tan molesto y petulante como Eduard Romeu con el sueño erótico de ser presidente. Por el modo y el tono de sus respuestas está claro que los hombres Audax no conocen al verdadero Joan Laporta ni de lo que es capaz de hacer.

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