El juzgado de Falset investiga a Endesa por la retención de sedimentos fluviales en los embalses del tramo final del Ebro

La denuncia de la asociación Sediments davant la Fiscalia desemboca en la apertura de diligencias por delito ambiental

Participantes en la Marcha de los Sedimentos entrando en el río Ebro con kayaks para bajar hasta Flix desde el pantano de Riba-roja d'Ebre (Anna Ferràs, ACN)
Participantes en la Marcha de los Sedimentos entrando en el río Ebro con kayaks para bajar hasta Flix desde el pantano de Riba-roja d'Ebre (Anna Ferràs, ACN).

El juzgado de Falset ha abierto diligencias previas para investigar la gestión que la compañía eléctrica Endesa hace de los embalses del tramo final del Ebro, según han confirmado fuentes judiciales a la Agència Catalana de Notícies (ACN). El procedimiento, en el que la compañía eléctrica figura de momento como única investigada por un supuesto delito contra el medio ambiente, arranca a raíz de la denuncia de la asociación Sediments davant la Fiscalia Provincial de Medi Ambient. Basándose en estudios técnicos, la entidad reprocha que casi la totalidad de las aportaciones sólidas que transporta el caudal fluvial y que deberían garantizar la preservación del delta del Ebro son retenidas por una gestión inadecuada de las presas de Mequinenza, Riba-roja d’Ebre y Flix.

La titular del juzgado número 1 de Falset ordenó la apertura de las diligencias judiciales a instancias de la Fiscalía el 19 de diciembre. En estos momentos, el procedimiento se encuentra en fase de toma de declaraciones de los responsables de la compañía investigada y de los testigos. Justamente hace dos semanas, la asociación había pedido formalmente al Ministerio Público el impulso procesal del caso ante la falta de noticias sobre el estado del procedimiento desde la presentación de la denuncia en julio del año pasado.

Entre los principales argumentos de cargo que Sediments trasladó ante el Ministerio Público destaca la inexistencia de sistemas y protocolos de transferencia de sedimentos fluviales a través de las presas de Mequinenza, Riba-roja d’Ebre y Flix. Esto, remarcan, ha supuesto que entre el 96% y el 99% de las aportaciones sólidas, esenciales para alimentar y preservar el delta del Ebro, hayan quedado retenidas en los pantanos desde el momento en que se construyeron las presas, en la década de los años 60.

Más allá de la responsabilidad de la gestión hidroeléctrica en la caída de los sedimentos fluviales del tramo final del río, creen que hay que investigar también el papel de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), como organismo estatal regulador de la cuenca. «Valoramos positivamente la apertura de diligencias porque creemos que es muy importante investigar a Endesa y a la CHE. Hay que fiscalizar a esta empresa y a estas instituciones porque, de momento, no tenemos ninguna prueba de que funcionen adecuadamente las presas y esto pone en peligro el ecosistema y la población aguas abajo», ha subrayado el presidente de Sediments, Josep Juan.

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