El presidente del BBVA, Carlos Torres, se ha mostrado convencido de que el gobierno español acabará avalando la OPA hostil al Banco Sabadell y ha atribuido el rechazo expresado esta mañana por el Ministerio de Economía al contexto electoral en Cataluña. «Hay elecciones este domingo, hay mucha politización. Creo que el gobierno español apreciará el valor de la operación», ha asegurado Torres en una conferencia con analistas. El BBVA ha defendido la transacción porque la entidad resultante –»un banco europeo y global», ha dicho- garantizará un «mejor apoyo» a la economía. La entidad vasca estima que obtener las autorizaciones de los reguladores llevará un plazo de seis a ocho meses y que todo el proceso se alargará hasta mediados de 2025.
El BBVA defiende que la OPA hostil que ha presentado este jueves para adquirir el Banco Sabadell es «excepcionalmente favorable” para los accionistas de la entidad catalana, y destaca que mantiene la «doble sede operativa» en Sant Cugat del Vallès y en la Ciudad BBVA, en Madrid. El banco vasco asegura que tendrá “impactos financieros muy positivos gracias a las sinergias relevantes y a la complementariedad y excelencia” de las dos entidades. En este sentido, recalca el liderazgo en pymes del Sabadell y el de la banca minorista del BBVA.
El presidente del BBVA insiste en que la oferta es “extraordinariamente atractiva” y apunta que, en caso de producirse la absorción, supondría “una capacidad adicional de concesión de crédito de 5.000 millones al año en España”. A la vez, dará lugar a uno «de los mejores bancos europeos», con una cuota de préstamos alrededor del 22% al Estado (14,8% BBVA y 8,1% Banco Sabadell).
El banco detalla que los accionistas del Sabadell tendrán un 16% de participación de la entidad resultante. También informa de que se beneficiarán los del BBVA con una mejora sobre el 3,5% una vez se hagan los ahorros asociados, y recuerda que «continuará comprometido» a distribuir cualquier exceso de capital por encima del 12%.
Torres ha admitido, en una rueda de prensa, que una fusión con el Banco Sabadell comportaría un recorte de plantilla, pero ha mostrado su compromiso para que las salidas sean no traumáticas, acordadas con los sindicatos y con ofertas atractivas para los trabajadores que se quieran acoger. En este sentido, el BBVA quiere «preservar el mejor talento de ambas entidades», y el presidente de la entidad ha explicado que las decisiones para integrar a las plantillas «se guiarán por principios de competencia profesional y méritos, sin adoptar medidas traumáticas y con todas las garantías».
El banco vasco calcula que la integración tecnológica se alargue más allá de un año, y defiende que la adquisición se traducirá «en más financiación para empresas y familias y una mayor contribución a las arcas públicas vía impuestos».
