Había pensado escribir de bagatelas…

Había pensado escribir de bagatelas, como por ejemplo la estéril defensa de la amnistía que Pere Aragonès hizo jueves en el Senado contra unos hooligans del PP ofendidos porque el presidente decidió dejarlos con el insulto en la boca. Aragonés quiso ser reina por un día, en un intento desesperado para robar protagonismo a la vedette real del proceso de investidura de Pedro Sánchez, Carles Puigdemont. La parte del independentismo que ha criticado la mala pensada de Aragonès, lo hubiera elogiado si el protagonista hubiera sido Puigdemont, es aquello de las dos cataluñass independentistas. Había pensado escribir otras bagatelas también, como por ejemplo la imputación del presidente del Barça Joan Laporta, que cuanto más dice que no pasa nada, más cosas parecen pasar. O bagatelas como la del lío del arzobispo de Barcelona Joan Josep Omella, a quien la bancada más hiperventilada del independentismo ha ‘excomulgado’ por hacer bendecir la Moreneta de Girona en castellano al papa Francisco.

Pero, al final todo me parece insignificante ante la barbarie que vive el Oriente Medio y la impotencia e incompetencia con la cual contempla el desastre el mundo entero. Vaya por adelantado, por no engañarnos, que siempre me he sentido más próximo al pueblo palestino, y especialmente después de visitar la zona hace una veintena larga de años. No obstante, cuando Hamás -acrónimo de Movimiento de Resistencia Islámica- atacó Israel pensé que, queriendo o sin, le había asestado un golpe bajo y mortal a la legítima causa del pueblo palestino, y todavía lo pienso. Aun así, vista la inhumana reacción de Israel, atacando sin piedad una población, Hamás al margen, indefensa, ya no sé qué pensar. Defiende la comunidad internacional la legitimidad de Israel a defenderse del ataque, como si el conflicto hubiera nacido ayer… Habría que discernir cuando la defensa acontece a un ataque, y furibundo. Llama la atención la incapacidad de todos de poner fin a la barbarie que, insisto, viene de lejos, y las diferentes varas de medir que tienen los conflictos, en función de las conveniencias; porque va de eso, ¿verdad? Como también llama la atención el arrastrar de pies del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que visitó la zona y marchó con la cola entre las piernas, después del ataque a un hospital de Gaza. Ojalá hubiera podido escribir de bagatelas…

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