Laporta, obligado a superar el mensaje de Roures ejerciendo de ‘presidente’

El jefe de Mediapro salió a tranquilizar al barcelonismo sobre que finalmente llegará el dinero del fondo alemán y la necesidad de fichar a un lateral derecho, y Laporta apuesta a que habrá al menos dos refuerzos

Jaume Roures

Varias preguntas y un puñado de inquietantes preocupaciones surgieron en el entorno barcelonista el jueves pasado cuando el jefe de Mediapro, Jaume Roures, apareció por sorpresa en los medios para comentar -más bien pareció que para justificar- el motivo del retraso en las inscripciones de jugadores del primer equipo. En realidad, se refería al retraso en el abono del dinero que, según el presidente Joan Laporta, ya estaba asegurado como resultado de la reventa de las acciones de Barça Studios, cerrada el día 11 de agosto a escasas horas del inicio de LaLiga.

El club emitió entonces un comunicado afirmando que “el FC Barcelona ha anunciado que Libero Football Finance AG y los asesores de inversiones privadas NIPA Capital B.V. se han convertido en nuevos socios de Bridgeburg Invest, marca comercial de Barça Vision. Estos inversores han adquirido el 29,5% de la propiedad de Barça Vision (Bridgeburg) por 120 millones de euros correspondiente a una parte de la participación que estaba en manos de Socios.com y Orpheus Media. Barça Vision es la iniciativa del Club para agrupar todas las acciones asociadas al Web3, NFT’s y metaverso que forman parte de la estrategia del Club para construir el Espai Barça Digital”.

En la práctica, se trataba de reponer el agujero de 60 millones de la venta de un año anterior, que ha acabado siendo una patraña y una farsa con la que Laporta pudo convencer a LaLiga para poder inscribir a Robert Lewandowski y a seis jugadores más. También, aunque ya en un terreno más teórico, se filtró a la prensa la entrada de 20 millones en aquel mismo momento, suficientes para dar de alta a casi todos los jugadores (excepto a tres y sin la renovación de Alejandro Balde) y se dio por hecho que el resto de los 40 millones para poder validar los tres fichajes más pedidos por Xavi Hernández llegarían antes del 31 de agosto.

La siguiente noticia, también filtrada desde el club, hizo referencia a que quizás el dinero no llegaría vía Libero Football Finance AG a través de un misterioso inversor chipriota, sino de un fondo americano sin especificar. La misma prensa ya daba por hecha la compra de João Cancelo al Manchester City, que por su parte también espera hace bastantes días esa transferencia del Barça que no acaba de llegar. Ante el nerviosismo y el recelo lógicos, aparece Jaume Roures, inopinadamente, para calmar los ánimos. “Todo va por el buen camino y no le veo ningún problema. Aún falta más de una semana. El Barça lo que necesita es un lateral derecho. La gente no es consciente de lo que significa venir de una situación tan complicada».

La cuestión es, al margen de que el dinero no llega, qué pinta el jefe de Mediapro en todo este asunto y en nombre de quién está autorizado a opinar y afinar sobre un asunto de carácter estrictamente interno y de gestión del club. Sobre todo, después de haber desaparecido prácticamente del accionariado de Barça Vision (antes Barça Studios) cuando su participación hasta hace tres semanas era del 24,5% a través de su sociedad Orpheus Media, tan comprometida como parecía hace un año en pagar al FC Barcelona 100 millones por el goloso negocio de los activos digitales.

En la actualidad, Orpheus Media, se ha bajado de ese tren. Apenas se ha quedado con el 2% de las acciones, se supone que a cambio de su inversión inicial del año pasado, cuando Laporta pudo contabilizar una palanca de 200 millones mediante el avance de solo 20 millones, los 10 millones de Roures y los 10 millones de Socios.com que también ha dejado de ser el propietario del 24,5% para quedarse con el 17,1%. El resto, sombríamente, parece estar en manos de una sociedad chipriota que, por un lado, tiene que satisfacer 40 millones para salvar otro match ball de Laporta y, por otro, cobrará 5 millones como consultora del Barça.

¿Por qué Roures y no Laporta salió a dejar claro que no había motivo para preocuparse y que, si hay que fichar, lo que se debe priorizar es un lateral derecho? La respuesta quizá se encuentre oculta en que, como se ha sabido en las últimas horas, el FC Barcelona “fijará la sede de su filial de producción audiovisual y contenido digital, Barça Media, en los Países Bajos para cotizar en el Nasdaq estadounidense, según consta en la documentación presentada ante la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos (SEC)”. Una noticia que también tiene que ver con el anuncio del 11 de agosto pasado referido a un acuerdo con Mountain Partners, firma especialista en inversiones en compañías tecnológicas y sectores emergentes, para crear una SPAC o sociedad de inversión para sacar una parte de la sociedad a cotizar en el mercado de valores estadounidense.

Nadie en el universo audiovisual domina tanto el negocio como Jaume Roures, ni nadie como Mediapro se ha beneficiado durante tantos años de mantener sus sociedades matrices en el registro mercantil de los Países Bajos, dos circunstancias que, sumadas a su barcelonismo y especial vinculación con el club desde hace años, sugieren la posibilidad de que Laporta se esté dejando asesorar por alguien como Roures, amigo personal por encima de todo y persona de su máxima confianza.

Aunque Roures lo ha dejado tirado en la transmisión de Barça Studios, en cambio estuvo a su lado en el momento crítico del aval, en marzo de 2021, y también a la hora de realizar a toda prisa el Museu provisional. Quién sabe si ha sido él quien ha inspirado a Laporta en esa idea proverbial de capitalizar Barça Media (lo de Media es muy de Mediapro y quizá sea un guiño de agradecimiento) por un valor bursátil superior al propio presupuesto actual del club. “El Barça -dijo también Roures- está a punto de dar un salto con el que se iría a una empresa cotizada en la bolsa de Nueva York con una posible capitalización de 1.000 millones. Si esto acaba saliendo, que yo creo que sí, chapeau«.

La realidad, más allá de este feliz relato de amistad y de barcelonismo en estado puro, es que al menos hasta ayer martes, con la cuenta atrás del final de la ventana del mercado a punto de cerrarse el próximo viernes, no se ha producido ni el ingreso pendiente ni, consecuentemente, el fichaje de Cancelo, pese a que el propio Laporta ratificó el efecto sedante del mensaje de Roures y fue incluso más lejos afirmando que habría dos incorporaciones. Pocos dudan de que, como siempre, en el último minuto y a cambio de vender de otra vez el alma del Barça al diablo, Laporta podrá traer por lo menos a Cancelo. Lo que cada vez está menos definido es el origen del capital que lo hará posible.

Si no proviene de Orpheus Media ni de Socios.com, ni tampoco del fondo de inversión alemán, al que le ha fallado la sociedad de Chipre inicialmente muy interesada, y, por otra parte, el presunto fondo americano se lo sigue pensando… Quizás hay que recurrir a alguien más próximo, de casa y sensible a los problemas financieros que no son tan propios del Barça como por culpa de Laporta. En cualquier caso, tendrá mérito que los suyos, el conjunto de ese laportismo fanatizado y sumiso, vuelvan a celebrar como otra conquista económica insuperable del presidente conseguir los 60 millones que nunca llegaron hace un año de la palanca audiovisual y seguir de fiesta otro año más sin saber de dónde sacar los otros 120 millones que seguirán faltando.

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