El ‘rating’ aplicado a la reforma del Camp Nou también es una trampa

Es mejor (BBB+) que su deuda ordinaria según KBRA, pero exige tal esfuerzo financiero por parte del club que devolver los 1.500 millones del préstamo suena a misión imposible con su actual modelo

Marc CiriaMarc Ciria

Foto: Unlock. Agencia de soluciones 360 (YouTube)

Para hacerse una idea aproximada de la alocada y desesperada estrategia de Joan Laporta para financiar el Spotify del futuro, resulta un buen referente analizar el punto de vista de su gurú económico de referencia, Marc Ciria, sobre el plan de la consultora KBRA y las puntualizaciones que desde luego matizan y revelan que la eufórica y amable interpretación de los medios laportistas. La mayoría están especializados en el fútbol y no en la economía, y su interpretación tiene más de cuento hadas que de verosimilitud sobre unas expectativas de financiación durísimas, prácticamente inalcanzables para el FC Barcelona dada la realidad de sus cuentas y del estado de sus balances.

Marc Ciria tampoco tiene suficiente libertad ni valor para ir más allá de un razonable pesimismo, pero entre líneas, teniendo en cuenta sus propias limitaciones y su compromiso con la causa laportista, sus conclusiones sí alertan y provocan cierto pánico.

De entrada, afirma que, “respecto a la adjudicación a Limak, es importante ir a los datos, exponerlos y que después cada uno saque su opinión. Por mi parte -añade- es un error pero en ningún caso de licitación, sino por priorizar tiempo y precio por encima de solvencia y experiencia”.

Marc Ciria pasa a clarificar la nota de KBRA a la que ha tenido acceso y que califica con una BBB+ el rating de la operación : “El rating no es del club, sino de determinada deuda del club. En el caso del rating que otorgó Fitch se calificaban los 470 millones de deuda que Goldman colocó. Ahora KBRA lo hace por los 1.500 que se titulizan. (Nueva deuda)”.

Se refiere a que la deuda básica con Goldman Sachs, préstamo de 465 millones cuya cadencia se cumple este año y toca empezar a devolverlo, obtuvo un calificación prácticamente de bono-basura en la última nota de las agencias especializadas.

Por eso aclara que “la garantía de los que, según KBRA, son parte de los ingresos futuros (entre otros, el 100% de zonas VIP, ingresos de patrocinadores, ingresos del estadio, etc.); es decir, los colaterales de los 470M€ de la deuda de Goldman y de los 1.500M€ actuales son distintos”.

A continuación, introduce el primero de los factores inquietantes sobre la operación: “Al ser una emisión privada, se encarece la emisión, ya que le resta liquidez y los inversores pedirán una sobreprima por menor liquidez. La estructura de amortización de las tres emisiones son especiales, pero no debe suponer problema para poder realizar una colocación pública. Al ser colocaciones privadas es difícil conocer las condiciones finales de los Bonos. (tipo interés, comisiones por colocación, garantías, etc.)”, añade como incertidumbre.

También, de acuerdo con el contenido del informe, sostiene que “por último, contempla ciertos riesgos en la construcción… La propia agencia en su análisis ha hecho el supuesto de que la fecha de finalización de la construcción por parte de Limak se retrasará 12 meses. KBRA comenta que la calidad crediticia de Limak no puede servir de apoyo al rating de los Bonos (es decir, existe un riesgo). Además han hecho escenarios en caso de insolvencia de Limak. KBRA comenta que el peor momento por la insolvencia sería a finales de 2024 ya que la obra estaría hecha en torno al 50%. Cambiar de constructora a medio camino supondría un sobre coste del total de la obra del 20/26% para el Barça”.

Cabe insistir que basa sus comentarios en las conclusiones de la propia agencia de rating, absteniéndose de entrar a valorar la verdadera dimensión de la tragedia, sólo pasa de puntillas sobre la letra pequeña, en este caso lo más importante, que expone cruelmente cuáles son las exigencias para el Barça sobre la devolución de ese enorme préstamo, verdaderamente imposibles. Si Laporta sigue adelante, el Barça sólo ingresará por el concepto estadio (taquillas, abonos, zonas VIP, esponsorización –naming incluido-, museo y tour) 100 millones a partir de la finalización de la obra, a partir de 2026, siempre y cuando esté acabada.

Marc Ciria destaca que, en efecto, la agencia ya prevé una demora de un año sobre los plazos previstos; es decir, prolongar otra temporada la estancia en Montjuïc y añadir otros 100 millones de menos ingresos por jugar fuera del Camp Nou la temporada 2024-25. El club también ha conjeturado como más que posible esa misma contingencia y ha acordado con el Ayuntamento de Barcelona la posibilidad de alargar esa migración por espacio de dos temporadas.

Advierte que ese será un momento crítico porque el club, además de esa reducción de ingresos, debe hacer frente a la devolución anual del préstamo operativo con Goldman Sachs (no menos de 50 millones) y afrontar otros 50 millones de recorte de los derechos de televisión, al margen del impacto de otras palancas y del hecho, no enfrentado ni asumido por la junta de Joan Laporta, de arrastrar un déficit ordinario que se ha ido tapando con casi la mitad de las palancas.

La perspectiva, debido a que LaLiga no permitirá destinar más del 5% de cualquier otra palanca y, además, le impone una reducción de la masa salarial de 200 millones -para ser proporcional a sus ingresos, que no aumentan, y a sus gastos, que se disparan-, no puede ser más negra ni menos favorable a arrancar un proyecto de tal envergadura sometido a una financiación imposible y en un estado de fragilidad financiera sin precedentes.

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