Pedro Sánchez, harto de las insinuaciones de corrupción hacia su mujer se toma unos días de reflexión. Para valorar si deja la política o se enfrenta a la derecha política, mediática y judicial, que juntas están intentando un golpe de estado al estilo de hace solo unos meses en Portugal.
El presidente del gobierno español sorprendió la tarde del miércoles con una carta muy personal. Ninguno de sus colaboradores tenía conocimiento. La gota que hizo derramar el vaso fue la admisión a trámite por parte de un juez de una denuncia del grupo ultra Manos Limpias, experto en la extorsión y en presentar a los juzgados denuncias falsas. Esta denuncia se basa únicamente en media docena de recortes de informaciones publicadas en medios (o pseudo medios) de comunicación con fuertes vinculaciones con la extrema derecha. Pero, además, el PP está dando alas a estas falsedades.
En España hay un grave problema: la derecha política (y la ultraderecha) deja en manos de jueces la política. Cuando un hecho no es de su agrado, usan sus tentáculos dentro de la judicatura para pervertir el juego democrático.
De ejemplos, hay un buen puñado y alguno de muy antiguo: el joven y entonces desconocido político del PP José María Aznar forzó la dimisión del primer presidente autonómico de Castilla León, Demetrio Madrid, por una supuesta corrupción. Conseguido el objetivo, Aznar se hizo con la presidencia de la autonomía y este cargo le sirvió de palanca para entrar a la política española. Los hechos denunciados eran falsos, pero la carrera política de Demetrio Madrid quedó truncada.
Un segundo ejemplo: varios políticos catalanes han vivido los inventos de la llamada policía patriótica del PP con la intención de desacreditarlos y buscar la judicialización de unos hechos inventados.
Un tercer ejemplo: Mònica Oltra ha vivido un vía crucis ante una denuncia espuria de la ultraderecha con el apoyo mediático y político del PP. El único objetivo era acabar con el gobierno progresista en el País Valenciano y volver a gobernar. Hecho logrado.
Ahora, el presidente del Gobierno español está sufriendo directamente este acoso. Incluso el PP quiere aprovechar su mayoría absoluta en el Senado para meter dentro de la comisión de investigación sobre las mascarillas las acusaciones contra Begoña Gómez. Ya no son solo informaciones inventadas (la más increíble es cuando un medio encuentra una Begoña Gómez que ha recibido una subvención y se trata de una señora que, efectivamente, también se llama Begoña Gómez pero es una hotelera de Cantabria). Este hecho fue ampliamente difundido por Telemadrid, con el visto bueno de Miguel Ángel Rodríguez. Si non è vero è ben trovato, dicen los italianos.
Pedro Sánchez está meditando con su esposa qué hará. Lo sabremos el lunes. Se trata de una decisión estrictamente personal. A pesar de que él mismo se define como un resistente y muchas de sus decisiones han sido imprevisibles, la familia es la familia. Contra él, vale todo. A pesar de todo, todo el mundo tiene un punto débil. ¿Ha encontrado la derecha y la ultraderecha española el talón de Aquiles de Pedro Sánchez?
