Cuando a Pablo Picasso le decían que era demasiado viejo para hacer algo, procuraba hacerlo enseguida. No sé si a Xavier Trias (Junts) le han dicho que es demasiado viejo para ser candidato. El próximo año, de elecciones, cumplirá 77 años, y tras deshojar la margarita ha decidido finalmente plantarle cara a la edad y volver a presentarse para hacer de alcalde de su ciudad, Barcelona. No será el más viejo que lo hace, Ernest Maragall (ERC) cumplirá 80, y ha decidido repetir el intento. Ambos ancianos competirán por ser el alcalde de Barcelona, y sólo puede ser uno; otros, más jóvenes, también concurren: Ada Colau, Jaume Collboni… ¿Sandro Rosell?
Alguien dirá, a la vejez viruelas -se dice por quienes quieren hacer cosas de jóvenes cuando son viejos-. Yo no creo que hacer política en edad octogenaria sea hacer cosas de jóvenes, pero el debate está ahí. Joe Biden, el presidente más viejo de la historia americana -80 años-, ha levantado el listón de la edad política. Teóricamente, a los viejos políticos, al contrario de los jóvenes, les sobra experiencia. Es lo que dice el refrán, más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Conocí a Trias en Nueva York. Hasta ahí fue a hacer campaña electoral antes de ganar la alcaldía de Barcelona. Ya entonces, cuando aún no le correspondería, debía de rondar los 65 años, me pareció que presumía de cierta ancianidad. Creo que Trias, lejos de esconderse, utilizará la edad como mérito. De entrada, ya ha dicho que será la última vez que se presenta, y que, si no gana la alcaldía, se irá a casa, y que hará la campaña que quiera, al margen de Junts si es necesario, y que pondrá en su lista a la gente que quiera. Sólo un abuelo puede permitirse tantas licencias.
Volviendo a la reflexión más diabólica, pienso que, en todo caso, lo que debería valorarse no es, pues, la edad de Trias, o de quien sea, sino su valía, o la falta de ésta. Me preocupa más la parte de diablo que pueda arrastrar Trias o su entorno, que a su edad. Canta Melendi, «no quiero saber por diablo, lo que por viejo se me escapa». En cualquier caso, si votara en Barcelona, que no es caso, votaría o no a Trias basándome más en la parte del diablo, que en la de la edad, que en ningún caso puede parecerme un demérito. Quizás porque me hago mayor…
