Víctor Font vuelve a decepcionar a los suyos con su débil palanca de opositor

Como anunció ser tibio y aprobó la venta de activos en junio, ahora su crítica y denuncia de las locuras de Laporta han pasado desapercibidas y le desacreditan como legítimo fiscalizador de su mandato

Víctor Font

Tarde, mal y desacreditado. Víctor Font, sin duda la peor de las alternativas en el escenario de la oposición a Joan Laporta, ha vuelto a perder una oportunidad de ganar puntos ante los socios del Barça con motivo del frenesí y de la compulsión del presidente a la hora de activar palancas, cegado por los fichajes millonarios y sus comisiones, con el resultado de un evidente perjuicio para el futuro económico del club. Font, siempre mal asesorado e incapaz de anticiparse a la jugada, prefirió irse de vacaciones antes que dedicarse, como sería su obligación dadas las circunstancias, a defender los intereses del club, cuando menos denunciando la barbarie de un gasto desmedido e imposible por parte de Laporta en una situación económica y financiera que prioritariamente requería atender el desequilibrio presupuestario ordinario antes que empezar a desprenderse de activos que, lamentablemente, no hacen sino empeorar un escenario apocalíptico.

Víctor Font, por su parte, volvió a meter la pata como es su especialidad cuando, a finales de junio, apostó por un discurso equivocado, blanqueando la temporada de Laporta y validando la venta de activos como única solución, “porque ahora no queda otra”, dijo, señalando como un error haber inflado las pérdidas de la temporada 2020-21. Una pésima decisión por parte de la junta directiva de la que Font, con su habitual perspicacia y estulticia, procesó, percibió y denunció un año después. Poco más o menos como Laporta, que tuvo que convocar una asamblea de urgencia a mediados de junio para aprobar la urgente cesión de los derechos de televisión antes de final de mes y así cumplir con el presupuesto. Esa operación, cerrada veinticuatro horas antes del cierre del ejercicio, registró según reconoció la propia directiva un rendimiento contable de 267 millones de beneficio.

Donde volvió a fallar Font fue en el diagnóstico de ese momento cuando trascendió, de forma oficiosa, que la temporada 2021-22 se había saldado con poco menos de 100 millones. Eso supone que 167 millones de esa venta sólo sirvieron para tapar el déficit del año y para pagar al menos 25 millones del impuesto de sociedades, de modo que menos de 100 millones se destinaron a restar de esos 451 millones de patrimonio negativo del club. 

La obligación del excandidato, legitimado por esos votos que le dieron la segunda posición en las elecciones y por haber mantenido un silencio apropiado y prudente a lo largo del año y tres meses iniciales del mandato, era la de advertir que esa política temeraria y desacertada de Laporta solo podía conducir al empobrecimiento del club si continuaba por ese camino en lugar de acometer un paquete de medidas terapéuticas contra la caída de los ingresos y la imposibilidad de hacer frente a la masa salarial y a la deuda.

En lugar de advertir a los socios y a Laporta de ese peligro, lo que hizo Víctor Font, al contrario, fue una declaración de intenciones no beligerante, anunciando su firme determinación de no aparecer en ninguna trinchera y de rebajar al mínimo posible su papel opositor.

Fue la peor de las tácticas en un escenario que requería cuando menos un intervencionismo mediático, pues conociendo a Laporta y su irrefrenable tendencia a hacerlo todo mal, tarde y al revés, estaba cantada la catástrofe que ha sobrevenido en este último mes. Por aquel entonces ya era evidente que el fichaje de Lewandowski, al precio que fuera, se consumaría en beneficio de los intereses de Pini Zahavi, agente del delantero polaco con quien Laporta ha admitido tener relaciones profesionales y para el que pidió, en un alarde de cara dura y de exhibicionismo, un aplauso del Camp Nou en su presentación oficial el día 5 de agosto pasado. 

Font se sintió atado de pies y manos debido a que, como primer y principal avalador de Xavi Hernández, sus planes electorales de futuro pasan por atribuirse su éxito en el banquillo, aunque haya sido Joan Laporta quien lo haya fichado como única solución al bajón del equipo tras la patada a Messi y a Griezmann. No es que Xavi respondiera como se esperaba a las expectativas pues el final de temporada, pese a disponer de una delantera nueva desde enero, resultó del todo decepcionante y a Laporta no le quedó otro remedio que aceptar, como ya habían dicho Koeman y también Sergio Busquets, la necesidad de reforzarse con jugadores que marcasen diferencias para ser competitivos en la Liga y en Europa. El excandidato no quiso ir más allá de una crítica tibia y condescendiente, pues el fracaso de Xavi también perjudicaba su imagen y su reputación, de modo que eligió pasar de puntillas y evitar cualquier foco de oposición que pudiera, indirectamente, perjudicar al equipo.

Laporta, con la complacencia, el permiso y la complicidad de Víctor Font, se ha encargado él solo de poner al equipo bajo la presión de ganarlo todo desde el primer día con una tormenta de palancas que ha minimizado incluso a los clubs-estado como el PSG o el City este verano.

Ha sido ahora, con retraso y de forma anacrónica, cuando Font ha querido recuperar ese liderazgo que debió asumir hace unos meses con una abierta y específica crítica a las actuaciones de la directiva de Joan Laporta. Lo ha hecho argumentando que las “mal llamadas palancas” se han cerrado sin un plan, “deprisa y corriendo”, y no ayudan a “crecer el activo del club. Nosotros teníamos previsto dar entrada a socios estratégicos del negocio audiovisual y merchandising, y no hacer ninguna operación con los derechos. Socios estratégicos que nos ayudaran a hacer crecer rápido estos negocios”. 

Fue la primera parte de la respuesta a una pregunta en Twitter, claramente provocada por su propio equipo de comunicación, de un socio que le interrogaba sobre cómo habría afrontado él esa misma crisis. La segunda parte de la respuesta consistió en el desarrollo de tres puntos de análisis económico y financiero:

1. La operación de los derechos de TV es puramente financiera. Sixth Street no te ayudará a hacer crecer el valor del activo (es una operación parecida a la de aumentar la deuda).

  1. Los socios de Barça Studios no son los mejores socios para hacer crecer el negocio (socios.com es una start up del mundo crypto que puede desaparecer en cualquier momento y no tiene experiencia en el negocio audiovisual o en el metaverso y Jaume Roures es una persona física).
  2. ¡Nosotros hacíamos estas operaciones hace un año!, no 18 meses después de empezar a gobernar y deprisa y corriendo; estas operaciones iban de la mano de una rebaja (no diferimiento) salarial para todas las plantillas profesionales del 15% y un plan de reducción de gastos porque el año pasado, en lugar de pérdidas operativas de 481 millones de euros, estas fuesen de menos de 200″.

Su reacción ha pasado desapercibida, apenas ha tenido repercusión por falta de credibilidad y de esa falta de legitimidad que él mismo se ha impuesto dos meses antes anunciando una línea más bien débil y colaboracionista de oposición. 

Víctor Font podría impugnar con bastante fundamento jurídico la venta del 49% de Barça Studios, ese sería un paso firme y valorado en la defensa de los intereses del club, pues además no existe en el trato con socios.com ni con Jaume Roures la posibilidad de recuperar los activos. Laporta estaba demasiado desesperado y Font, en el fondo, sigue de vacaciones y con una actitud contemplativa.

(Visited 144 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

NOTÍCIES RELACIONADES

avui destaquem

Deja un comentario