Diez familias, muchas con niños, habían sido alojados por Servicios Sociales del Ayuntamiento de Girona y han recibido la misma llamada de sus asistentes sociales. El día 1 de agosto tienen que buscarse un lugar para ir a dormir. Ahora viven en el hostal de San Julià, en el albergue de estudiantes de la calle Ciutadans y en apartamentos cerca del CAP Güell.
“Me hicieron firmar unos papeles y me dijeron que no me preocupara, que me buscarían un piso de alquiler social que pudiera pagar. Pero ahora me han llamado para decirme que el 1 de agosto ya no podríamos continuar viviendo al hostal y ya está, sin ofrecerme nada más. ¿Adónde quieren que vaya yo con mis hijos? ¿A la calle?”, ha señalado Mohamed Konté en declaraciones al Diari de Girona.
Núria Pi (Junts), regidora de Servicios Sociales, ha asegurado que es imprescindible que los alojamientos destinados a la emergencia habitacional, como el de las familias afectadas, sean “rotativos y por estancias cortas”. “Algunas hace muchos meses que estando a estas viviendas y no les podemos mantener, porque si lo hacemos dejamos de poder a ayudar a mucha gente que también lo necesita”, ha expresado Pi.
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— Núria Pi 🎗 (@nuriapi78) February 27, 2019
La regidora de Vivienda de Girona, Annabel Moya (ERC), ha dado explicaciones: “Somos conscientes de la gravedad de situación en todo momento, y hemos asumido la responsabilidad de buscar soluciones”. “Prueba de este compromiso para buscar soluciones son el alrededor de 1 millón de euros que destinamos a emergencia habitacional este 2022, cuando hace unos años era de 200.000 euros”, ha indicado.
