El periódico ruso Komsomolskaia Pravda propuso, a primeros de febrero de 2019, que Rusia hiciera de mediadora entre Cataluña y España para hacer frente al proceso independentista. En una crónica firmada por el periodista Edward Txesnokov se justificaba esta propuesta argumentando que Rusia había sido un actor importante en los procesos de paz en Siria y Líbano. Txesnokov había publicado unos días antes, el 21 de enero, una entrevista con el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont huido a Bruselas tras la declaración de la independencia de Catalunya el 27 de octubre de 2017. El periodista ruso puso en boca de Puigdemont esta frase para titular la entrevista: «La Barcelona independiente también será amiga de Moscú».
En el artículo en el que se sugería que Moscú hiciera de mediador en la cuestión independentista catalana se afirmaba que si Europa «quería vivir en paz y estabilidad» debía resolver este conflicto. La intervención de la Rusia de Vladimir Putin como actor externo en la negociación para su resolución era una buena idea, según Komsomolskaia Pravda. La función de Rusia como actor en la guerra de Siria y en la crisis permanente en Líbano no ha dado, precisamente, unos frutos que le avalen como factor de paz. La invasión y bombardeo de Ucrania apuntan en la dirección contraria.
Komsomolskaia Pravda envió a varios periodistas a Cataluña para hacer el seguimiento del referéndum del 1 de octubre de 2017. Daria Aslamova lo hizo de la mano de consagrados independentistas como el ahora diputado de Junts por Catalunya Francesc de Dalmases o el director de Vilaweb, Vicent Partal. En la crónica del 5 de octubre, y bajo el título de “Catalunya declarará la independencia la próxima semana”, afirmaba que la mayoría de los catalanes no quieren vivir en un mismo estado con España.
Otro ex presidente de la Generalitat, Quim Torra, también fue interpelado por Komsomolskaia Pravda. El propio Txesnokov fracasó en su tentativa de conseguir que Torra equiparase los referendos de independencia de Catalunya, del 2017, y el de Crimea, del 2014. “Cualquier solución a los conflictos de este tipo debe hacerse con el respeto a la voluntad democrática de los ciudadanos y al derecho internacional. La democracia y el derecho internacional son la combinación para superar los conflictos actuales en cualquier parte del mundo”, dijo Torra con prudencia.
Los artículos de los periodistas de Komsomolskaia Pravda apelan a menudo a las comparaciones entre la situación de Cataluña en España y la de Crimea, la región del Donbass o el conjunto de Ucrania, en relación con Rusia. Txesnokov se quejó en un artículo del 4 de septiembre del pasado año de que Europa fuera complaciente con las independencias de las repúblicas que se habían creado al disolverse la Unión Soviética y, en cambio, no acepte la independencia de Catalunya.
Desde que Rusia ha invadido Ucrania, Komsomolskaia Pravda ha asumido la orden del gobierno de Vladimir Putin de no utilizar la palabra «guerra» en sus informaciones. Las noticias sobre esta guerra aparecen en un espacio bautizado como “Operación especial en Ucrania”. Se pueden leer titulares como estos: “Como el sargento Balukhta hizo huir a decenas de nacionalistas ucranianos”, “El ex-diputado de Ucrania Ilya Kiva profetizó un nuevo golpe en Kiev y la destitución de Zelensky”, “La Guardia Rusa entregó más de 80 toneladas de ayuda humanitaria a la región de Kharkiv” o “Los neonazis mataron a padres de niños pequeños e intentaron huir de Mariupol con ellos”.
