Esta noche del viernes al sábado, la segunda sin toque de queda, se han vuelto a vivir en varios puntos de Cataluña aglomeraciones en las calles hasta bien entrada la madrugada. En Barcelona ha coincidido con el final de las fiestas de Gràcia, y en lugares como Sitges, en el Garraf, mucha gente joven, del pueblo y también turistas, ha llenado el paseo y los espigones del centro. La policía ha intentado, sin éxito, evitar aglomeraciones de gente sin mascarilla ni distancia de seguridad
En Gràcia, aunque las comisiones de fiesta anunciaron que no alargarían los horarios de los conciertos, cientos de personas se han quedado en las plazas haciendo botellones, sin utilizar la mascarilla y sin respetar la distancia de seguridad. Las mayores aglomeraciones se han producido en las calles adyacentes en las principales plazas del barrio donde se celebraban los conciertos. Las plazas estaban acordonadas y vigiladas por la Guardia Urbana y personal de seguridad, y sólo se permitía el acceso a vecinos y personal de limpieza. A partir de la una y media, los controles se han levantado y el acceso a las plazas ha quedado abierto.
La de este viernes ha sido la segunda noche sin toque de queda en Barcelona, una medida que pronto podría volver a la capital catalana. Después de que el jueves pasado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) autorizara mantener el toque de queda en sólo 19 municipios catalanes, el Govern ha pedido ampliarlo a los municipios de más de 20.000 habitantes con más de 125 casos por 100.000 habitantes. Esto afectaría a un total de 62 municipios catalanes, entre los que hay Barcelona y las otras grandes ciudades del país.
La medida entraría en vigor una vez lo apruebe el TSJC, que ya ha anunciado que no decidirá hasta el lunes si da luz verde al nuevo toque de queda. Esto implica que, al menos durante este fin de semana, la restricción de la movilidad entre la una y las seis de la madrugada sólo estará vigente en los 19 municipios con mayor incidencia.
