El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el del gobierno español, Pedro Sánchez, se han reunido este martes por la tarde por primera vez desde que el republicano fue investido presidente. La reunión ha comenzado pasadas las cinco de la tarde y ha acabado un poco más tarde de las siete y media. Uno de los puntos acordados es que la mesa diálogo entre ambos ejecutivos se volverá a reunir la tercera semana de septiembre, es decir poco después de la Diada.
Aragonès admite «diferencias evidentes» entre gobiernos, pero se ha reconocido la existencia de un conflicto político que se deberá resolver a través del diálogo y, finalmente, con «el aval del voto de la ciudadanía de Cataluña». «Estos son los elementos del acuerdo básico que motivó la mesa de diálogo», ha dicho. Los dos equipos trabajarán en las próximas semanas para acordar la metodología de trabajo y el orden del día de la mesa de diálogo.
El presidente ha defendido ante Sánchez la necesidad de una amnistía para acabar con la represión. «Hay que encontrar la manera de satisfacer la voluntad mayoritaria de la ciudadanía de Cataluña para decidir el futuro político del país», dice, por lo que ha reiterado al presidente español que hay que permitir el ejercicio de la autodeterminación. «Amnistía y autodeterminación son los dos grandes consensos de la sociedad catalana», ha remarcado. Esto se trasladará, también en la mesa de negociación.
La reunión también ha servido para constatar que hay dos áreas de trabajo. Una es la mesa de diálogo, para resolver el conflicto político, y por otro lado hay otras cuestiones relevantes en «el ámbito de los incumplimientos del estatuto, inversiones, los fondos europeos o la actualización del sistema de dependencia o la salida de la pandemia». Inversiones e incumplimientos se abordarán en la comisión bilateral Estado-Generalitat, que tiene previsto reunirse este mes de julio.
