El alcance del boicot a Vox descoloca a Ignacio Garriga

Los partidos independentistas y de izquierdas catalanes firmaron en campaña electoral un compromiso antifascista y contra los discursos del odio que vaticinaba que se coordinarían en más de una ocasión para dejar de lado a la ultraderecha de Vox. Desde el partido de Ignacio Garriga, sin embargo, esperaban solo algunos movimientos para dejarlos fuera de la Mesa del Parlament y de los órganos de representación. Pero a la hora de montar numeritos o de hacer muestras públicas de rechazo frontal solo esperaban que lo hiciera la CUP y, como mucho, JxCat. Pero en el primer pleno de la investidura de Pere Aragonès, todo el arco político de la izquierda y del independentismo se coordinaron para dejar en evidencia el rechazo a su discurso y hacer una clara muestra de desprecio en medio de la sesión.

Así, cuando el líder de Vox, Ignacio Garriga, cogió la palabra por primera vez, la mayoría de los diputados del PSC, ERC, JxCat, CUP y En Comú Podem abandonaron el auditorio donde se celebraba el debate; y los que se quedaron lo hicieron para mostrar carteles y consignas antifascistas y de defensa de los derechos humanos. Garriga no se lo esperaba. O al menos, no con tantas siglas implicadas. Y eso hizo que casi ni reaccionara ni dijera nada, porque el líder de Vox no está muy acostumbrado a improvisar ni a hacer intervenciones que no lleve escritas o muy aprendidas.

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