Francesc Sànchez, el hombre que asumió la refundación de Convergència por encargo de Artur Mas, tenía su propio alias en la trama del 3% y se reunió con representantes de Oproler para negociar una adjudicación de la empresa pública Bimsa, según publica El Confidencial.
Citando fuentes del caso, la misma información explica que el titular de la instrucción del caso, Josep Bosch, tiene pruebas que sitúan a Sànchez, detenido por primera vez en la operación Pika, en el epicentro de la trama que presuntamente ha amañado adjudicaciones de obra pública a cambio de donaciones a CDC.
El Confidencial se refiere a la adjudicación a Oproler de varias obras del carril bici de Barcelona, efectuada por la empresa municipal Barcelona de Infraestructuras Municipales (Bimsa) en 2013 por 854.579 euros (IVA aparte). En relación a esta adjudicación, según las mismas fuentes, Sànchez se reunió varias veces con los representantes de Oproler -también imputados- Sergio Lerma y Josep Manel Bassols, que se referían a Sànchez cómo «Fernando» o «el sustituto de Gerardo». Este último apodo corresponde al ex gerente convergente y ex consejero de Justicia Germà Gordó.
La Guardia Civil señala que Sànchez se reunió mucho con Lerma y Bassols antes de aquella adjudicación, principalmente, pero también después, y le atribuye un rol de intermediario. El ex responsable de régimen interno convergente siempre ha reiterado que es inocente después de su imputación y detención.
