Este domingo, por primera vez, la persona galardonada con el premio Gaudí de Honor no se ha presentado a recogerlo. Este año era Rosa Maria Sardà, pero no ha sido ella sino su hijo, Pol, quien se ha presentado en la gala organizada por la Academica del Cine Catalán.
Este acontecimiento, transmutado más que nunca en un happening oficialista, ha contado, sin embargo, con la presencia del presidente Carles Puigdemont (y su esposa), además del consejero de Cultura Santi Vila. Todos han recibido abrazos de Isona Passola, autora del L’endemà, presidenta de la Academia y número 76 por Barcelona de Junts pel Sí en las últimas elecciones al Parlamento de Catalunya.
Este lunes, los informativos catalanes han destacado la ceremonia de Gaudí como noticia de apertura. Pero antes el productor retirado Josep Maria Mainat, ex marido de Rosa Maria Sardà, ha respondido un tuit de La Vanguardia que daba por hecho que la actriz no había recogido el Gaudí honorífico por problemas de salud. «No es cierto. Sardà no recoge el premio Gaudí de Honor porque es muy arisca y no le gusta recoger premios honoríficos», ha explicado Mainat.
El año pasado, en cambio, Rosa Maria Sardà no se perdió la gala de los premios Max, organizados por la Fundación SGAE, en la que fue distinguida con el Max de Honor. Entonces, la «arisca» actriz catalana no sólo recogió el premio sino que obsequió a los espectadores con un discurso mordaz contra los gobernantes y a favor del teatro.
Hace unos días, asimismo, la actriz catalana se emocionó al recibir de manos de su hermano Xavier Sardà el galardón Feroz de Honor 2016, concedido por la prensa cinematográfica en una ceremonia celebrada en Madrid, como homenaje a su trayectoria.
