Gotham vuelve a cuestionar la relación entre Grifols y Scranton

El fondo bajista concluye que los cambios en la gobernanza certifica que algunas de sus observaciones eran "válidas"

Pla general de la seu central de Grifols, situada a Sant Cugat del Vallès. Imatge del 21 de maig de 2021. (Horitzontal)

Gotham City Research ha vuelto a poner en duda la contabilidad de la multinacional catalana Grifols, a la que ha planteado media docena de preguntas más tras el informe que emitió hace unas semanas en las que la acusaba de manipular las cuentas y cuestionaba las vínculos entre la compañía y Scranton.

En el nuevo documento, en el que el fondo bajista considera que los cambios en la gobernanza en la compañía certifican que algunas de sus observaciones eran «válidas», Gotham pregunta, entre otros puntos, sobre la relación real entre ambas compañías y si solo se limita al alquiler de la sede corporativa y a la operación con BPC y Haema en 2018, además de interesarse por que tanto Grifols como Scranton consoliden a su vez las operaciones con Haema y BPC en sus resultados.

El fondo bajista considera que tras la emisión del primer informe del 9 de enero, Grífols respondió a algunas preguntas, pero dejó otras pendientes, y ahora plantea nuevas poniendo el foco especialmente en la relación entre Grifols y Scranton , difunde la ACN.

Otras preguntas que plantea es por qué no consta en los resultados de la multinacional un pago adelantado de 59 millones a Scranton, que sí recoge, y al que fueron dirigidos 113,4 millones de euros destinados a «partes vinculadas» que se publican en los resultados del primer trimestre de 2023. Y, más concretamente, si se incluyen esos 95 millones para la compra de Haema y BPC.

Por otro lado, según Gotham, Grifols recoge en los tres primeros meses del pasado año una partida de otros 321,3 millones de euros para «partes vinculadas» sin dar más detalles, y pide saber si Scranton es receptor directo o indirecto.

Por último, según añade la misma información, el fondo plantea dos últimas cuestiones. Por un lado, pide quien controla realmente a Scranton después de que en 2011 comunicara a los reguladores que la familia disponía de un 70% y, en cambio, en la llamada con inversores a raíz de la publicación del primer informe, aseguraba tener menos del 20%. Para Gotham no está claro si la familia controla a la sociedad o no.

Por otra parte, traslada a la dirección de la multinacional si se dejaría auditar las cuentas por una firma «independiente», al considerar que Baker McKenzie no es una empresa especializada en este ámbito. En caso de respuesta afirmativa, pregunta si haría público los resultados del estudio.

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