Los impagos de la oscura venta de Barça Studios ya empiezan a formar cola

El entorno se ha escandalizado por el último de la fila, Libero, al que Laporta amenaza con demandar, lo que no se atrevió a hacer con los primeros compradores que se dieron a la fuga, entre ellos una sociedad de Mediapro

Joan Laporta

En el día último del año 2023, el que tenía de límite el fondo de inversión Libero para efectuar el compromiso de pago de 40 millones por la venta de una participación de Barça Studios, se encendieron todas las alarmas en el entorno azulgrana cuando la agencia EFE publicó un despacho tan escueto como esperado. “El FC Barcelona demandará a Libero Football Finance AG por no haberle abonado los 40 millones de euros correspondientes a la compra del 10% de Barça Vision”.

No se explica del todo la excitada reacción de diferentes sectores del barcelonismo, escandalizada y sorprendida, por un episodio tan previsible que no es más que la repetición, la continuación y la confirmación de otra embaucada de Laporta, la enésima, para seguir ocultando la realidad de una economía herida de muerte sobre la que se van aplicando inútilmente paños calientes y ‘bolas’ financieras que no auguran nada bueno.

Las voces que se manifestaron la tarde del 31 de diciembre, la mayoría, apuntaron en la misma dirección. “Hay 400 millones de ‘beneficios’ vinculados a esta operación que pueden desaparecer de golpe. Esto abriría de nuevo un agujero patrimonial muy grande en el club y agravaría la situación del Financial Fair Play. Haber realizado esta operación a toda prisa, con socios desconocidos y sin ninguna experiencia relevante en el sector audiovisual comportaba estos riesgos. Y seguimos perdiendo tiempo, ya que tres años después de las elecciones y año y medio después de vender el 49% de Barça Studios, no se ha construido ninguna fuente de generación de ingresos. Además, esta situación elimina del todo la tan anunciada salida a bolsa de Barça Media. Una operación que era especulativa y tenía poco sentido, pero que se ‘vendió’ como un gran hito. Ante la gravedad de la situación (recordemos que en la última Asamblea los resultados financieros del club se ‘cuadraron’ gracias a esta operación), los responsables de la gestión del Barça deberían dar explicaciones convincentes a los socios sobre cómo se quiere resolver esta situación. PD: Mejor evitar ‘tapar’ esta chapuza con otra operación similar. Es decir, con socios desconocidos en vez de socios industriales de reconocido prestigio”, fue el resumen de las reflexiones de Víctor Font, sin duda razonables y coherentes, aunque como siempre tardías, frías, pasivas y sin la exigencia de una interpelación directa y efectiva.

Font ha tenido oportunidades de sobra para actuar en la defensa de los intereses del club, pues Laporta lleva fichando jugadores a base de trucos y fechorías contables desde el primer día, además de haber podido denunciar los avales irregulares presentados en su toma de posesión, la financiación/tomadura de pelo del Espai Barça, otra ‘tumba’ financiera, o combatir desde la legitimidad de su segundo puesto en las elecciones el real empeoramiento de las métricas económicas que supera, de largo, la ‘herencia’ de Bartomeu.

Con Bartomeu sí se atrevió, por mucho menos, a discutirle el espíritu democrático de las asambleas con su obsesión por el voto telemático -otro fracaso social-, a hacer oposición activa e intensa durante más de dos años, a suscribir un voto de censura y finalmente a celebrar con entusiasmo el desgobierno de la Comissió Gestora durante meses, negando como el resto de los ‘enemigos’ de Bartomeu el impacto de la pandemia. Aunque se queje ahora del callejón sin salida hacia dónde ha conducido la fabulada venta de Barça Studios, tuvo la oportunidad de alertar del peligro de esa maniobra de pura especulación cuando, además, de concretarse el impago de Mediapro -que sí sería en teoría un socio estratégico del sector- y de Socios.com, Laporta se dio un ingreso contable de 208 millones por el valor del 51% de la compañía que, como advirtió Evarist Murtra en octubre, el mismo día de la asamblea que validó ese asiento contable, acabará produciendo pérdidas cuando haya que actualizar el valor de la compañía y contabilizar las provisiones por el incumplimiento de plazos de pago de los presuntos compradores.

Para el otro ex-candidato, Toni Freixa, “este hecho es muy grave porque se activaron 400 millones de euros de ingreso en las cuentas que en estos momentos no sabemos qué consecuencias puede tener. Si el Barça funcionara como un club de socios, hoy mismo tendríamos una comparecencia pública de los responsables del club rindiendo cuentas”, dejó escrito, mientras que Marc Ciria, condescendiente y temeroso, como Víctor Font, a la ira del laportismo, voló de nuevo sobre el ‘nido del cuco’: “Querer tapar pérdidas hoy por beneficios inciertos, agrava cualquier balance y deja al descubierto la realidad de una gestión con 300 millones de déficit operativo en el ejercicio. Ahora provisionar el impago, con todo lo que implica, y esperar al cierre 30/6 para revertir las cuentas”.

En general, por no hacer referencia al periodismo y al entorno digital supremacista y conformado del laportismo, esta misma reacción de la directiva de demandar el impago de Liberto podría haberla ejercido cuando, de acuerdo con el plan de cobros establecido por la venta primigenia en agosto de 2022, Orpheus Media y Socios.com, lo incumplieron. La memoria oficial recogía la “transmisión por parte de Barça Produccions SL de una participación minoritaria de Bridgeburg Invest SL, filial de Barça Produccions SL, en favor de dos inversores (24,5% del capital social en cada uno de ellos), Orpheus Media SL y Socios Deportes Services SL por su explotación en régimen de control conjunto entre los tres socios”, de acuerdo con las siguientes condiciones: “i. Precio: 200 M€ ii. Forma de pago: (a) 20 M€ en el momento del cierre; (b) 180 M€ a abonar en los siguientes tramos 1) 60 M€ el 15 de junio de 2023; 2) 60 M€ el 15 de junio de 2024; y (i) 60 M€ 15 de junio de 2025”, añadiendo que “los inversores han otorgado garantías sobre sus participaciones de la sociedad en garantía del cumplimiento de su obligación de pago del precio aplazado”.

Desde la junta se negó, como por parte de los compradores, el incumplimiento del primer plazo (15 de junio pasado) que acabó destapando LaLiga, como consecuencia del cual se bloquearon las inscripciones de jugadores. Casi un mes después, con la Liga a punto de iniciarse, el 11 de agosto, fue cuando Laporta informó de un acuerdo de reventa de una parte de ese 49%, un 29,47% exactamente, por 120 millones, de los cuales se registró una entrada de 20 millones con fecha 30 de junio, o sea el último día del cierre del ejercicio a cuenta de esa nueva operación. Luego trascendió que una sociedad chipriota -o croata- anónima, los había pagado, restando pendientes otros 40 millones que se comprometió a pagar un fondo de inversiones alemán, Libero, antes del último trimestre de 2023, protagonista de este segundo impago, lo que empieza a provocar una especie de cola de acreedores.

Para conseguir esos 40 millones el Barça cerró el pago de 5 millones a una consultora europea y otros 5 millones a una americana para tramitar la cotización en el Nasdaq de Barça Media, la sociedad resultante de la puesta en común de los activos audiovisuales de Barça Studios y de los digitales relacionados con el universo del Metaverso, NFT y Utility Tokens virtuales, un entramado societario y de etiquetas comerciales que no han servido para que nadie se tragara el anzuelo de un negocio que factura mínimos y que apenas genera confianza ni expectativas.

Un encadenamiento de ruinosas decisiones que al final obligó a Laporta y su junta a avalar al final de las dos ventanas de mercado, agosto de 2022 y agosto de 2023, con el riesgo de que si Libero no paga o no se encuentra un pagador sustitutivo esa garantía se liquide a favor del club y en contra de su bolsillo, algo que se puede dar por hecho que no ocurrirá.

Los temores de un efecto negativo en las cuentas del club ya han sido advertidos por Font, Freixa, el propio Murtra o Ciria, pues se trata de 160 millones pendientes de cobro y en peligro de generar provisiones, además de otros 208 millones insertados como beneficio a 30 de junio pasado que también pueden acabar en una reversión aguda de los frágiles estados financieros del FC Barcelona. Laporta no solo lleva camino de no ver ni un euro de la Superliga. También ha provocado su propia y particular pandemia.

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