PIMEC encuentra «inquietante» la reducción de la jornada laboral y apunta al cierre de empresas

Antoni Cañete pide debatir en el marco del diálogo social la reforma

    El presidente de PIMEC, Antoni Cañete, durante su intervención en la XXII edición de las Jornadas Gresol (ACN)

    El presidente de PIMEC, Antoni Cañete, ha afirmado que les «inquieta» el acuerdo de gobierno entre PSOE y Sumar porque, según sostiene, tiene «luces y sombras». En este sentido, ha apuntado que la propuesta de reducir la jornada laboral a 37,5 horas en 2025 perjudicará a las pequeñas y medianas empresas si se mantienen los salarios, tal como se propone en el acuerdo, puesto que supondrá una pérdida de la competitividad empresarial. Además, ha avisado de que puede comportar el cierre de negocios.

    «España somos el país menos productivo después de Turquía en toda Europa, tenemos un problema de productividad», ha lamentado Cañete desde las XXII edición de las Jornadas Gresol, celebradas este jueves en Tarragona. El presidente de PIMEC ha pedido que la reducción de la jornada laboral se debata en el marco del diálogo social con todos los agentes implicados, y ha insistido en que si se reduce con el mantenimiento de los salarios actuales supondrá el cierre de empresas, las cuales dejarán de pagar impuestos.

    «Si se plantea la reducción, se tiene que hacer en 360 grados y no solo en 90 grados. Tenemos que preservar la capacidad de poder mantener los puestos de trabajo, tener los mejores salarios posibles, pero, sobre todo, no cerrar las empresas, es un debate que va más allá y que tiene que hacer toda la sociedad», ha aseverado Cañete.

    El presidente de PIMEC también ha señalado que el nuevo ejecutivo central tiene que apostar por una fiscalidad «más justa», que vaya hacia fomentar las inversiones y no las «extracciones». Por eso, ha propuesto que los impuestos sean de «forma directa», para que permitan hacer inversiones a las compañías que generen más puestos de trabajo y, en términos generales, más riqueza.

    «En lugar de dejarlas con menos capacidad económica, los impuestos de patrimonio o de transmisión se podrían invertir en crear más puestos de trabajo y más riqueza; esto devolverá con creces lo que supondría la recaudación», ha argumentado Cañete.

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