«A Pessoa no le gustaba nada la realidad grosera, material, en que vivimos»

Entrevista a Manuel Moya

Se dedica a la literatura. Ha hecho poesía, narrativa, ensayo…, y ha ejercido como crítico en diferentes medios. Ha obtenido varios premios. Entre sus títulos hay La noche extranjera, editado en 1993. Su último libro de poesía es El corazón de la serpiente. La mano en el fuego fue su primera novela, y la última es Buitrera. Ahora sale a las librerías Pessoa, el hombre de los sueños, una biografía de 700 páginas del escritor portugués.

¿Por qué Pessoa, el hombre de los sueños?

Pessoa era alguien a quien no le gustaba nada la realidad grosera, material, en que vivimos. Le parecía extraña. Él prefería estar en el mundo de los sueños, en otra realidad. Sus heterónimos son en alguna medida el reflejo de este querer situarse fuera de las cosas. Se refugia en el onírico, el alcohol, el esoterismo…

Pessoa, quizás el escritor portugués más excelente, escribió muchos de sus textos en inglés. ¿Qué relación mantuvo con sus dos lenguas?

Tuvo una formación inglesa muy importante, porque, con cinco años se fue a vivir a Durban (Suráfrica), entonces una colonia. Tiene una cultura absolutamente inglesa, en la política, por ejemplo. Él es un liberal inglés, antisocialista, isabelino. Ha leído Shakespeare, los románticos, Shelley, Keats… Toda esta gente. Cuando llega a Lisboa, en 1905, se comunica en portugués, porque en su familia se habla, pero su forma de pensar es en inglés. Así sigue varios años, hasta que descubre la lengua portuguesa. En este momento, medio abandona la escritura en inglés y pasa a escribir en portugués, que será su idioma. “Mi patria, dijo, es la lengua portuguesa”. Era un nacionalista portugués, alguien que apelaba a aquel pasado glorioso de Portugal. Cosa que se refleja a Mensagem, uno de sus últimos libros, en que hace una proyección idealizada de Portugal. De todas maneras, muchos ensayos, documentos, etc., los escribió en inglés, porque nunca perdió la esperanza de publicar en Inglaterra, pensando que la lengua inglesa era mucho más universal. En realidad, en vida publicó cuatro libros en inglés y uno en portugués.

 ¿Las decenas de heterónimos que utilizó Pessoa tienen un tronco común o son recursos con vida propia?

Sobre Pessoa hay muchos equívocos, muchas cosas que no son como se han explicado. Es una cosa que pasa con personajes históricos, como el Cid. Empezó con la heteronímia desde muy joven, con amigos imaginarios de juegos, con los cuales hablaba, incluso en francés. Esto refleja este impulso de crear un mundo propio, interior. Con 15 años viajó a las Azores y, para entretener sus hermanos, hizo un diario que se llamaba Ele tagarela (El charlatán). Hizo una redacción completa de la publicación, y metió 45 personajes, que adoptaban roles propios. Algunos de ellos no pronunciaban ni una frase. No tienen personalidad propia. A veces solo son una firma.

 ¿Qué ideologías, versus afinidades políticas, simpatías doctrinales… cultivaba Fernando Pessoa?

Pessoa viene de una formación inglesa y de una colonia, donde las relaciones sociales eran las que eran. Cuando llega a Portugal se encuentra con una monarquía, contra la cual se pronuncia. En aquel momento, año 1907, medio abraza el anarquismo. Portugal travesía por unas circunstancias extrañas. El 1 de febrero de 1908, el rey Carlos I y el heredero Lluís Felipe fueron asesinados en llena Praça do Comércio de Lisboa. Dos años después se proclama la República. Pessoa al principio simpatiza, con el pueblo, y así lo explica. Pero, viene de una familia importante y, despacio, se va escorando a la derecha, y acaba alineándose con los golpistas. Sidónio Paes, militarista y protofascista, fue para Pessoa el padre de la patria. La derecha portuguesa es en este momento muy monárquica, golpista… Y cuando llega Salazar, Pessoa está con él. Al final de su vida, en 1935, empieza a sospechar que el Estado Novo de Salazar es en parte inaceptable.

¿Pessoa también masón, esotérico…?

Pessoa es mucho de su época. Se abona a las novelas policíacas, literatura popular de la época, que ya se venía a los quioscos. También se adhiere a la teosofía, entonces mucho de moda. Se hace incluso inventor, al abrigo del auge de la ciencia y la tecnología. En 1915, se relaciona con teósofos europeos célebres. El esoterismo era para Pessoa otra manera de huir de las cosas. Influido por acontecimientos como la Primera Guerra Mundial, intenta buscar razones para entender el mundo otras maneras que pudieran ser más interesantes. Teosofía, orientalismo, rosacrucismo…, fue visitando todas las corrientes del esoterismo. Su militancia aquí, que se prolongó a lo largo de una veintena de años, también es en parte irónica. Más aparatosa que real. Pero también es cierto que, por ejemplo, hizo 300 peleas de cartas astrales. Pessoa dejó casi 30.000 documentos, de los cuales unos 2.000 tienen que ver con las ciencias ocultas.

¿Cómo fue la relación de Pessoa con España, con el castellano, si es que existió?

Tuvo una relación extraña con España. Fue, por ejemplo, iberísta, pero mantenía la teoría que Portugal, un país pequeño, no podía unirse en España, país grande. Él pensaba que la unión peninsular solo se podía dar en base a los antiguos reinos: Portugal, Castilla y Aragón. Esta era su fórmula, para evitar la descompensación. En cualquier caso, él, que mantiene el prurito de pertenecer a una cultura superior, la inglesa, no se interesa mucho por España. Una prueba de esto es, sin ir más lejos, que Pessoa no leyó Don Quijote. En otros personajes, como Sá Carneiro, no resultaría muy extraño que no lo hubieran hecho, pero en Pessoa sí, porque su mundo tiene mucho de cervantí: el mundo de los sueños, que es también el de Calderón. Don Quijote no es la realidad, es otra historia. Leía en castellano, pero muy poco. Y esto también es mucho de la época, donde predominaba en Portugal cierto temor en España, como España solo tenía desprecio hacia Portugal. Por cierto, en referencia a Sá Carneiro, amigo de Pessoa, y que acabó suicidándose, hay que decir que pasó por Barcelona, poco antes de morir, y estableció relación con la iberisme catalán de la época.

Sin embargo, el Tajo, que llega de la España profunda a Lisboa, es referencia constante para Pessoa, parte importante de su alma literaria…

Por todos los lisboetas, el Tajo es la entrada natural. Para Pessoa, como la llegada en la Roma de otro tiempo. El lugar donde se empezaría a reconstruir el mundo, el V Imperio. Por el Tajo llegó, según la tradición, Ulises, y un día entrará el Rey Dom Sebastián. El Tajo se ve desde todo por todas partes a Lisboa. Su presencia es constante. Pessoa trabajaba al Campo das Cebolas, situado entre la avenida Infante Domo Enrique y el barrio de Alfama, en orden al estuario. En el Libro del desasosiego hay muchísimas referencias en el Tajo, y también a sus poesías.

¿El alcoholismo (“la enfermedad de los hombres buenos”, según Joyce) influyó significativamente en la vida y la obra de Pessoa?

El alcohol también era mucho de su época. Intentó salir del mundo que no le gustaba de muchas maneras, entre otras a través del alcohol. Pero, paradójicamente, el alcohol también contribuyó a lanzarlo fuera del mundo, Pessoa era bastante cobarde, tenía mucho miedo en la muerte… Bebía desde que llegó a Lisboa, y cada vez más. A partir de 1925, diez años antes de su muerte, su madre vuelve, viuda, a Lisboa y le cuida. Pero entonces entró en una depresión, que ya no lo abandonó y acabó entregándose al alcohol. Al final de su vida sufre incluso ataques de delirium tremens. Todo esto se puede interpretar como una forma de suicidio. Y el alcohol influye en su manera de escribir. Gran parte de su obra es fragmentaria.

¿Pessoa resulta determinante en el desarrollo posterior de la cultura y la literatura portuguesa?

Siempre ha influido y quizás ahora más que en cualquier otro momento, no solo en la literatura portuguesa sino también en otras. En la actualidad es el poeta más traducido al castellano. Desde 1982, cuando se publica El libro del desasosiego, Pessoa llega a la calle, al lector común. Cosa que hasta entonces no había pasado, al ser considerado un autor de élite, solo para connaisseurs. A partir de entonces, Pessoa interesa en todo el mundo, y se hacen ediciones de su obra en muchas lenguas. En Portugal se han editado en el último año y medio dos biografías más de Pessoa. La mía, con 700 páginas, es la más corta. Soy traductor del Libro de desasosiego en castellano, con Alianza, del cual se han hecho varias ediciones. Hace unos años se habilitó una librería para distribuir un solo libro, El libro del desasosiego, del cual se vendieron más de 100.000 ejemplares.

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