En las últimas semanas hemos conocido el asesinato de dos mujeres. Una primera por parte de su ex pareja. No era la primera vez que lo intentaba. Lo probó más de cuarenta, hasta que lo logró. Tenía protección que sirvió de poco. La otra, una vecina de Cornellà, frente a su hija de dos años. Vivían en un piso compartido con otros familiares que tampoco sirvió para protegerla. Unos días después, la prensa publicaba el estado de la cuestión en relación con la violencia de género y desde que se recogen estadísticas, los datos son estremecedores. Las mujeres atendidas suman más de setenta mil en toda España. Más de cuarenta mil tienen algún tipo de protección. La franja de edad está entre los treinta y cincuenta años. Sólo este año han asesinado a 22 mujeres y 23 niños han quedado huérfanos, que se suman a los aproximadamente mil existentes. Y hay una fecha aún más alarmante la cifra de más de doscientas ochenta mujeres menores de dieciocho años en peligro elevado que junto a otras mujeres de alto riesgo hace un sumatorio bastante alarmante.
Mientras conocíamos estas noticias, se han celebrado elecciones municipales, se han constituido ayuntamientos y comunidades autónomas en las que VOX ha hecho acuerdos con el PP y se ha avanzado a declarar que la violencia de género o la violencia machista, no existe. Niegan el término porque consideran que es un término ideológico. Afirman que existe la violencia intrafamiliar, término en desuso desde hace muchos años, tal y como se han hecho eco diversas instituciones internacionales. Yo pensaba que se reprimirían de tomar iniciativas polémicas por la proximidad de la próxima convocatoria electoral, pero no parece preocuparles mucho.
Una asociación vinculada a VOX que se llama Anavid justifican los asesinatos a las mujeres con el argumento de que los hombres se sienten menospreciados en los juzgados porque sólo protegen a las mujeres y los hijos de los maltratadores y se toman la justicia por su cuenta.
No es la primera vez que conocemos la negativa de la violencia de género por parte de VOX. Hace meses, llevaron al Congreso una iniciativa que sirvió para saber la opinión del tema y nada más, de momento. Ahora es diferente, han llegado a los órganos de gobierno y pueden bloquear, desde las instituciones, las partidas presupuestarias para luchar contra la violencia de género, que es muy necesaria. Vienen tiempos difíciles. Lo pasaremos mal, las mujeres peor, mucho peor.
