Las reservas de agua embalsada en el conjunto de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ya se encuentran por debajo del 50%, en concreto al 49% con un total de 3.886 hectómetros cúbicos embalsados, mientras que el año pasado por las mismas fechas se llegaba a los 6.069 hectómetros cúbicos, el 76% de la capacidad total. Desde finales de abril la situación ha empeorado por la falta de precipitaciones y también porque no ha habido deshielo, puesto que en invierno ha nevado muy poco.
La presidenta del organismo, María Dolores Pascual, ya avanzó el pasado jueves que a finales de mes, la mitad de la cuenca se encontraría en estado de emergencia. Según el informe semanal que facilita la CHE sobre el estado de la cuenca, la energía hidráulica potencial es de 1.899 gigavatios, lo que representa un 41% de la capacidad máxima de la cuenca.
Las lluvias de los últimos días en la provincia de Lleida, que han caído principalmente en las comarcas del Pirineo, han hecho aumentar el volumen de los principales embalses de la CHE en Cataluña, pero muy ligeramente. Es el caso del embalse de Rialb, que ha ganado 2,32 hectómetros y ahora llega a los 29,3 de los 403,6 que tiene en total. Hacia arriba, el embalse de Oliana ha aumentado menos, solo 0,78 hectómetros que le permiten llegar a los 41 hectómetros de los 84,3 que tiene.
En cuanto a los sistemas de regadío, el del canal de Urgell, que incluye también el Segarra-Garrigues, se sitúa en 336,7 hectómetros cúbicos, el 36,6% de los 920,7 hectómetros a los que puede llegar. En el canal de Aragón y Cataluña también se hacen evidentes las restricciones y en la parte de la Noguera Ribagorzana se llega a un 30,5% del volumen total.
