La sangre detrás del Mundial de Qatar 2022

Recientemente hemos asistido a un mundial en el que por desgracia para la mayoría España tuvo poco protagonismo siendo eliminados en cuartos de final y en el que muchos de nosotros aun así lo hemos seguido olvidando toda la sangre y vulneraciones brutales que habían detrás de cada partido que se ha celebrado. Todo ha quedado en un ganador, en logros económicos de cada selección y se ha olvidado todas las violaciones a los derechos humanos tanto a nivel laboral como humanitario y de las miles de muertes detrás de este mundial.

El 90% de la mano de obra forzada fueron trabajadores migrantes, y aproximadamente un 1,7 millones de personas fueron brutalmente explotadas por 220 dólares mensuales soportando temperaturas de hasta 50º. Jornadas interminables sin apenas descanso alguno. Escasas medidas de seguridad. Amenazas si no se aceptaban las condiciones como por ejemplo ser entregados a la policía para su expulsión sin recibir el sueldo que les correspondía. Imposibilidad real de irse de la empresa y condiciones inhumanas en las viviendas que residían. Y lo más impactante, vergonzoso, preocupante y repugnante: Miles de trabajadores migrantes que han perdido la vida en las diferentes construcciones de Qatar desde que en 2010 la FIFA le designara como sede del Mundial de fútbol de 2022 hasta el último día.

Aunque nunca sepamos el número exacto de personas que perdieron la vida durante ese tiempo, dado que Qatar no ha querido ofrecer datos creíbles, el diario The Guardian cifra en más de 6.500 el número de estas muertes, basándose principalmente en los datos proporcionados por los países de origen de los trabajadores: India, Bangladesh, Nepal, Sri Lanka, Pakistán, etc. Mientras que Amnistía Internacional ya cifra en más de 15.000 mil muertes gracias al magnífico trabajo de investigación de la organización la cual orgullosamente soy miembro. Se han podido comprobar también numerosos certificados de defunción de trabajadores migrantes que tenían solo entre 30 y 40 años. En todos los casos, se limitaron a atribuirles las muertes a “causas naturales” o “insuficiencia cardiaca” sin precisar nada más. Familiares de los fallecidos contaron que gozaban de buena salud y varios apuntaron al calor extremo y las duras condiciones que les trasladaron antes de morir como las causas reales de las defunciones.  Las autoridades de Qatar apenas reconocen unas pocas muertes provocadas por las duras condiciones laborales. Eso es algo que no solo impide a las familias de los fallecidos conocer la verdad sobre qué les sucedió, sino que además evita que puedan reclamar ninguna reparación por lo sucedido. Ninguna indemnización ni tan siquiera explicación.

Una negativa que resulta cínica si tenemos en cuenta que Qatar es uno de los países con la renta per cápita más alta del mundo, y que precisamente los fallecidos emigraron ahí en su mayoría para poder enviar alguna ayuda económica a sus familias en lugares como Bangladesh, India, Nepal o Kenia.

Así son los derechos humanos en este país, que ha buscado blanquear su imagen con la celebración del mundial al mismo tiempo que recuperaba la práctica de la pena de muerte. Tampoco olvidemos la discriminación a la mujer, queno es solo frecuente en el día a día, sino que está avalada en muchos casos por la ley. Hay impedimentos legales al divorcio, y si lo consiguen se ven perjudicadas económicamente. Además, las menores de 25 años necesitan permiso de sus tutores para actividades como viajar al extranjero, firmar un contrato, o incluso salir de casa. Asimismo, la homosexualidad está prohibida por ley en el país. La pena por incitar a la “sodomía o disipación” es de siete años de prisión. En una entrevista, el presidente del comité organizador del Mundial, Nasser Al Khater, aseguró que el país daba la bienvenida a las personas homosexuales, pero les recomendó que no mostraran su afecto en público si acudían al torneo y prohibió llevar simbologías e incluso brazaletes de capitanes de selección con la bandera LGTBI+. Desde la organización exigieron que retirarán las banderas arcoíris de los estadios con la justificación de que esto se hacía “para proteger” a quien la mostraba.

Qatar debería abrir una investigación real sobre las muertes y ofrecer una reparación justa a las familias de los fallecidos en las obras de su país. Al mismo tiempo, como organizador del evento, la FIFA tiene la responsabilidad de asegurarse que Qatar garantizó los derechos humanos de todas las personas que trabajaron en cualquier actividad vinculada al Mundial y que cumple con los familiares de los trabajadores fallecidos desde 2010. Por una cuestión de principios y justicia, al ser parte de la FIFA, que la Federación Española de Fútbol investigue a fondo todo lo sucedido y todas las muertes en el vergonzoso mundial de Qatar 2022 y no quede en jamás en el olvido.

(Visited 129 times, 1 visits today)
Facebook
Twitter
WhatsApp

HOY DESTACAMOS

Deja un comentario