Vicent Sanchis fue despedido de TV3 el 26 de abril. El 10 de mayo recuperaba el perfil de Twitter creado en febrero del 2017 pero que había mantenido en el anonimato, sin subir mensajes a él. El primero que subió ese día decía: “¡Buenos días! 10 de mayo, san Damián. Entro en Molokai. ¡Pista! Ahora o nunca (en el año de reivindicación canónica conjunta de Joan Fuster)”. Molokai es una de las islas Hawaii, conocida porque durante cien años fue sitio de exilio forzado por las personas enfermas de lepra. Entró, pues, con un lenguaje moderado que enseguida dio paso a una sarta de insultos y desprecios a los usuarios que le hacían alguna crítica.
El 21 de mayo, Neus Tomàs, directora adjunta de eldiario.es, subió a la red la entrevista que hizo a Sanchis adjuntado este comentario: “He disfrutado mucho haciendo esta entrevista a Vicent Sanchis. Está llena de titulares y he elegido este: «Decir que TV3 moviliza a la gente es tratar a la gente de idiota». ¡Gracias @vicentsanchisll por tu tiempo!”. Quim Brugué replicó diciendo que «No entiendo de titulares, pero a mí se me ocurre que ‘insinuar que TV3 no ha movilizado a la población es pensar que somos idiotas'». Sanchis se mordió la lengua pero no le contestó. En cambio, no pudo reprimirse cuando Lucas Corso lamentó “Ninguna pregunta sobre sus chanchullos con productoras. ¡Bravo!”. “Tú sí que pones cara de chanchullo”, le espetó el ex director de TV3. “Gargamel es un macarra”, dijo Corso comparándolo con el enemigo de los pitufos. “Y tú un imbécil”, cerró Sanchis.
Un usuario con la etiqueta @ReiParellada le dijo que “Por donde pasas no crece la hierba, botifler” y la respuesta de Sanchis fue “pero sí los imbéciles, patriota”. Otro usuario, que se define como independentista, Xavi86264215, comentaba con un “No leo a botiflers” el post de Sanchis con un artículo suyo en elMón. Su respuesta recurrió al mismo insulto: “Ni a mí me gusta que me deslicen imbéciles. Gracias, pues”. Con este usuario se enganchó. «Igualmente, pero con educación que le falta Sr.Botifler«, le replicó su interlocutor. “Dónde las dan las tomans, señor imbécil”, cerró el diálogo Sanchis.
“¿Y si aprendes a escribir y antes te identificas?” le dedicó a una usuaria que se presenta como catalana residente en Dinamarca que le reprochó que “ha matado una televisión con la que muchos crecimos y aprendimos catalán con ella”. Otra de las palabras que le gusta utilizar para despreciar a sus interlocutores en Twitter es ‘moniato’.
Por el momento, su perfil tiene poca incidencia en la red. El 25 de mayo, quince días después de que lo volviera a activar, sólo tenía 961 seguidores mientras él seguía a 73 usuarios. De estos usuarios, sólo dos son dirigentes políticos: el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont y el presidente de ERC, Oriol Junqueras. Y sólo sigue a una organización política, la Joventut Nacionalista de Catalunya. Hay, eso sí, nombres destacados del procesismo: Lluís Llach, Vicent Partal, Jofre Llombart, Salvador Cardús, Ona Llibres (es decir, Tatxo Benet), Quico Sallès, Laura Rosel, Ferran Casas, Jordi Borràs, Miquel Calçada, Núria Llorach, Empar Moliner, Salvador Cot o Cesc Freixas. Entre las pocas personas que sigue que no pertenecen al mundo independentista se encuentran Jordi Évole y un sorprendente Santiago Segura.
