Anatoly Shariy, un bloguero ucraniano proruso acusado de traición y propaganda y reclamado por Ucrania, ha pasado este jueves a disposición de la Audiencia Nacional al día siguiente de su detención en Tarragona, practicada a raíz de la emisión de una orden internacional, y ya ha quedado en libertad con medidas cautelares.
El juez José Luis Calama, del Juzgado Central de Instrucción número 4, se encarga del asunto de Shariy, quien recibe la asistencia jurídica de Gonzalo Boye, abogado y, además, una de las figuras del entorno de el expresidente catalán Carles Puigdemont a quien una información de The New York Times atribuyó contactos con Rusia.
Shariy deberá comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el juzgado más cercano a su casa y el juez le ha retirado el pasaporte y le ha prohibido salir de España. Calama ha descartado encarcelarle argumentando que no concurren los motivos que justificarían la medida. En particular, se ha referido a «las circunstancias del caso» y al «arraigo del reclamado».
Los servicios de seguridad ucranianos han asegurado que las investigaciones sobre este bloguero y youtuber, residente en Tarragona, habían comenzado en 2021, y que se centran en la supuesta difusión de un discurso de odio contrario a los intereses de seguridad nacional de Ucrania, hasta el punto de considerar que actuó al servicio del interés ruso.
Shariy ha acusado al Ministerio del Interior de Ucrania de haberle amenazado. En concreto, de haberle dicho que le encontrarían en Europa. Según explicó también en Twitter, «mi único delito es que os he expuesto demasiado poco, ladrones».
