Busquets le reclama a Laporta y Xavi el fichaje de otro Messi

El centrocampista escogió dos medios con grandes altavoces para alertar de la necesidad de un jugador que marque diferencias en ataque si se quiere un equipo competitivo

Messi, Busquets y Suárez

El desafío de Sergio Busquets a la directiva ni es casual ni es gratuito. En las dos únicas entrevistas concedidas por el capitán del FC Barcelona esta temporada, una vez estabilizada y aceptada la situación deportiva del primer equipo, ha soltado una de esas bombas de efecto retardado a la que ni la directiva ni el entrenador han sabido o no han podido reaccionar de momento.

Lo han hecho, como es habitual, con un silencio disimulado, mirando hacia otro lado y con la complicidad de esa cúpula mediática alérgica y desplazada de la actualidad, servil, que también ha querido tapar e ignorar la trascendencia de una afirmación calculadamente lanzada en el momento justo, a tiempo de provocar una reacción cuando menos interesante. “Necesitamos un jugador que marque las diferencias arriba, un jugador que nos dé esa capacidad estar y competir en las competiciones de primer nivel”, repitió Busquets en las dos entrevistas concedidas, paralelamente, a las dos radios dominantes en el entorno social barcelonista: RAC1 y Catalunya Ràdio.

Sospechosamente, no hubo repregunta ni seguimiento, ni comentarios ni, sobre todo, encuestas de esas que se formulan y se resuelven a gusto de quien las propone y controla. No tocaba ni convenía darle vuelo a una evidente contradicción entre el mensaje de la junta y del entrenador, reacios a fichar a un ‘crack’ como Haaland o Mpbappé, y la sensata afirmación del futbolista más respetado y clave en el juego de la década más gloriosa de la historia del FC Barcelona y la historia del fútbol como Busquets, levantando la voz para reclamar la necesidad de reforzar el equipo con otro Messi para estar en condiciones de recuperar el nivel de excelencia y de éxito de ese pasado que él mismo representa mejor que nadie.

La petición es preocupante, tanto como absolutamente necesaria y razonable, proveniente de un primer capitán que ha marcado el estilo azulgrana, único en el mundo, y que él mismo admite desempeñar una función táctica y estratégica de entrenador sobre el terreno de juego, aquel futbolista que interpreta el juego que propone el entrenador desde la credibilidad y el liderazgo que puede ejercer sobre el resto del equipo.

Busquets está afirmando que con lo que hay, con lo avanzado en estos meses tras la llegada de Xavi, básicamente la recuperación de Pedri y de Dembélé, unida al buen rendimiento inmediato de fichajes como Ferran Torres, Aubameyang y Adama, no da para ganar la Liga y la Champions ni para dar ese salto pendiente a ese nivel que el Barça alcanzó por última vez con Messi, Neymar y Suárez.

Por el contrario, desde la presidencia, Joan Laporta ha ido mutando su posición en dos meses a partir de que amenazó a todo el fútbol europeo tras fichar a Ferran Torres. “¡Que tiemblen, hemos vuelto!”, proclamó a primeros de año refiriéndose al potencial azulgrana para atraer y fichar a los mejores futbolistas de Europa. “El Barça vuelve a ser la referencia en el mercado”, añadió, junto a una serie de frase inequívocas como “¿Haaland? Todo es posible”.

En realidad, sin embargo, era otro embuste, un desviado y falso discurso de poderío, más propaganda y más manipulación de la opinión pública barcelonista por su parte. Laporta se encontró con que ese gran fichaje, de Ferran Torres, por 60 millones, sólo ha servido para rearmar económicamente al Manchester City para fichar al delantero noruego.

También se ha encontrado con la negativa de Haaland y Mbappé a venir al Camp Nou, en ambos casos porque el Barça de Joan Laporta, como consecuencia de haber provocado 400 millones de perdidas completamente artificiales y voluntarias, por decisión de la junta directiva, no dispone de margen salarial para plantear una oferta en condiciones.

En el caso concreto de Haaland, cometiendo dos torpezas históricas. La primera y principal, haber sido ‘cazado’ intentando negociar con un jugador con contrato en vigor. La prensa conoció y difundió la visita teóricamente secreta que realizaron Xavi Hernández y Jordi Cruyff al propio jugador noruego en Alemania, una acción absolutamente prohibida por la FIFA que ha comprometido la propia operación y la imagen del club azulgrana. Si el Borussia Dortmund presenta una denuncia, Laporta no tiene escapatoria puesto que el propio entrenador, Xavi Hernández, reconoció en rueda de prensa haberse entrevistado con Haaland y haberle explicado su proyecto y su posible papel, desde luego protagonista, en el Barça del futuro.

Siendo un error imperdonable, desde esa visita el propio Laporta ha dado un giro a sus grandes expectativas, no sólo porque cuando salió a cazar elefantes se dio cuenta de que su escopeta era de perdigones, sino que los ‘cracks’ del mercado no quieren venir al Barça.

El proyecto de Xavi Hernández no ha sido suficiente para seducirlos, pero sobre todo no ven clara la solvencia ni la credibilidad de un presidente que cada mes cambia de opinión y de estrategia, pasando de enviar al entrenador a convencer a Haaland un día a afirmar al otro que el Barça no está para aventuras que pongan en riesgo la economía del club. La última es que no vendrá ningún ‘crack’ porque ahora la filosofía es otra, o al menos distinta a la de hace un mes y medio.

Laporta, en definitiva, se ha escudado en un discurso oportunista a tiempo de rectificar, preventivamente, el fracaso de que tanto Haaland como Mbappé le hayan dado calabazas.

La sorpresa, sin embargo, la ha dado Sergio Busquets cuando, inesperadamente, ha reclamado el fichaje de un ‘crack’ si de verdad la directiva quiere un equipo suficientemente potente como para volver a tener peso en el concierto del fútbol europeo. Lo ha razonado sin complejos y con rotundidad: “Es necesario un jugador que marque diferencias”, como lo ha hecho Messi a lo largo de una década.

No ha habido reacción de la directiva, del entrenador ni de la propia prensa porque esa es una reivindicación de Busquets, absolutamente legitimada en base a su experiencia y conocimientos, que pone de relieve y en evidencia esa misma contradicción de una directiva que continúa dando bandazos y generando la máxima confusión.

Sólo queda por ver si ese aviso o esa alerta ha sido lanzada en connivencia con el entrenador, con la junta o verdaderamente la ha formulado únicamente desde su perspectiva y sensaciones como jugador al que avala una trayectoria extraordinaria.

Es posible, tal y como están las cosas, que Ousmane Dembélé no siga en el club y que las renovaciones de Araujo y de Gavi no avancen según lo previsto. El problema es que, precipitadamente o no, Laporta corrió a blindar a Pedri y Ansu Fati en horas bajas de ambos, saliendo de lesiones de larga duración, y ahora Araujo y Gavi piden más porque tienen sobre la mesa ofertas superiores.

Xavi ha sido claro: “El club no se puede permitir ninguna de las dos marchas, los dos son trascendentes por cómo queremos jugar y creo que es cuestión de tiempo». De tiempo y de dinero no solo para ambos, sino para Pedri y Ansu Fati, que pueden sentirse incómodos si sus compañeros, igual de jóvenes, acaban cobrando más que ellos.

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