Censurar Russia Today

La Unión Europea ha decidido que los medios de comunicación Russia Today y Sputnik, que hacen propaganda de la política de Vladimir Putin -y ahora de su guerra-, no puedan verse por los canales convencionales en Europa. ¿Ha sido una decisión acertada? ¿Va contra la libertad de expresión que la propia Unión Europea considera un derecho fundamental?

Los que llevamos muchos años dedicándonos a la profesión de periodista sabemos que la libertad de expresión es un bien escaso y que a menudo quienes menos la practican son los que más presumen de ella. Los grupos multimedia son muy caros y dependen de quien pone el dinero para que funcionen. Un montón de grandes medios dependen de los bancos o fondos de inversiones que son sus propietarios. Y los medios que forman parte de estos grupos son libres para expresar según qué ideas y difundir según qué informaciones siempre y cuando no perjudiquen a los intereses de sus propietarios. Es decir que de libertad de expresión lo justo, que significa poco, no que se ejerza con justicia.

Cuando se trata esta cuestión siempre tengo en mente el recuerdo de la Radio Télévisión Libre de Mille Collines, que jugó un papel muy importante en la promoción del genocidio de Ruanda de 1994. Estoy convencido de que debían haberla cerrado o hacerla callar.

¿En qué momento puede decidirse que la libertad de expresión ha ido demasiado lejos? ¿Está clara la línea roja que lo determina? ¿No debería haber ninguna? ¿Debería haberse dejado que los locutores de Mille Collines siguieran llamando al exterminio de las personas de etnia tutsi por el respeto absoluto a la libertad de expresión?

Ante el cierre de Russia Today y Sputnik se levantaron voces que lo consideran un error. Que creen que el hecho de que en nuestros canales de youtube su señal esté bloqueada representa un paso hacia el autoritarismo. Que caemos en lo que denunciamos del comportamiento de Putin y los suyos, que acaban de aprobar una ley que castiga hasta con quince años de cárcel a quienes difundan ideas que no gustan al Kremlin referentes a la guerra de Ucrania.

En Cataluña tenemos esta discusión a escala reducida. Toleramos e incluso aplaudimos los disparates y amenazas que cantan algunos raperos y denunciamos como delitos de odio lo que dicen otros raperos o tuiteros.

Se suele atribuir al filósofo francés Voltaire la expresión «No estoy de acuerdo con lo que dices pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo». De hecho, fue una biógrafa suya, Evelyn Beatrice Hall, quien se inventó esta frase para explicar el pensamiento voltaireriano. Voltaire nunca lo dijo.

¿Estaríamos dispuestos a defender hasta la muerte que medios como Mille Collines llamaran a matar a cientos de miles de personas o preferiríamos que mataran a los locutores que lanzasen estas proclamas?

Rusia Today y Sputnik no han llegado al extremo de hacer llamamientos a asesinar a ucranianos pero aplauden la guerra de Putin.

En cualquier caso, si deseáis saber qué dicen podéis seguirlos a través del canal de Telegram. Yo, como periodista que quiero conocer todas las versiones y que tengo dudas sobre el acierto de la Unión Europea al censurarlos, los seguiré en Telegram, para saber aquello que se conoce como “lo que piensa el enemigo”.

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