Educar para la paz en tiempo de guerra

¿¿¿Es posible educar para la paz cuando estamos en tiempos de guerras??? No sólo es posible, sino que es del todo necesario.

Siempre habíamos pensado que era importante estudiar la historia para no caer en los mismos errores, y así se lo explicábamos a nuestros alumnos. Por eso siempre explicábamos las atrocidades de los nazis contra el pueblo judío y reclamábamos (y reclamamos) la importancia de que nuestros jóvenes conocieran lo que significó el golpe de estado de Franco, la guerra civil y las barbaridades del franquismo.

También teníamos la idea de que era muy importante hablar de los derechos humanos como cuestión esencial para la humanidad, educar por la paz y enseñar a resolver los conflictos sin violencia.

Ahora, me pregunto cómo transmitir estas ideas, fundamentales para el futuro de nuestra sociedad, si nuestros niños y jóvenes ven en la TV, en las redes, en TikTok, en Youtube… cómo los conflictos se están resolviendo con guerras y más guerras y, sobre todo, con un ataque a personas inocentes, niños y niñas incluidos, en Israel y, de forma ostensiblemente desproporcionada y cruel contra el pueblo palestino.

Las redes sociales y muchas de las cosas que miran nuestros jóvenes están llenos de análisis realizados por personajes con miles de seguidores que, sin tener información ni capacidad crítica, pontifican sobre el tema.

Y, ante todo, ¿qué debería hacerse en las escuelas? Si se toma partido por uno u otro bando, nos acusarán de adoctrinar, de ser islamófobos o de ser antisemitas. ¿Debemos no decir nada, por miedo o por pudor? ¿Debemos dejar que todo lo que habíamos deseado que fuera la educación como herramienta de concienciar a nuestro alumnado y prepararlo para poder mejorar la sociedad quede aparcado?

Yo creo que la situación es terrible en sí misma, pero además, ahora, es una barbarie totalmente televisada, en un medio o en otro. Los niños y jóvenes pueden ver a criaturas masacradas, mujeres desesperadas, hospitales aplastados, viviendas totalmente destrozadas y declaraciones de que esto continuará porque una de las partes “tiene el derecho a defenderse”. O sea, les estamos transmitiendo la idea de que todo es lícito y que pueden hacerse barbaridades de manera totalmente impune. Y, a mí, esto me parece muy terrible.

Quizás no es necesario tomar partido, pero sí es necesario, y yo creo que es imprescindible, dar toda la información, dar información veraz, contar toda la historia de este conflicto, cómo nace el Estado de Israel, qué pasó con la gente que ya vivía en Palestina, cómo se ha ido agrandando el territorio ocupado por Israel, cómo quedaron asediados los habitantes de Gaza, cómo nació Hamás y qué ha hecho para desencadenar una respuesta tan desorbitada, qué intereses están detrás, quién apoya a Israel y quien apoya a los palestinos, qué dice la ONU, qué dicen las ONGs, qué dice Médicos Sin Fronteras… Y a partir de ahí, poder debatir y discutir. Es necesario que les ayudemos a reflexionar, a entender las razones, a buscar argumentos y a intentar imaginar soluciones. Las aulas son un lugar privilegiado.

También hay que informar de las protestas que se están haciendo en nuestro país y en muchos más países de todo el mundo, en defensa del pueblo palestino, que es el que en estos momentos está sufriendo una masacre sin precedentes. Pero, sobre todo, hay que transmitir la idea de que matar a niños y personas inocentes es una barbaridad, lo haga quien lo haga, y que no debería permitirse. Que las guerras nunca solucionan nada y siempre las pagan los pueblos. Que las guerras siempre tienen tras de sí intereses económicos de aquellos que las organizan. Es necesario que puedan distinguir entre los dirigentes y los pueblos. En este caso, deben saber que los palestinos no son Hamás ni los israelíes son Netanyahu y su ejército.

Estamos en un momento muy complicado de la historia, con crisis de todo tipo, y ahora, con una situación humanitaria terrible y la escuela, el instituto y la Universidad no deberían quedarse al margen. Estamos educando a los futuros ciudadanos y ciudadanas y hay que poder inculcarles valores positivos, de empatía, de solidaridad, de justicia, de paz.

Es importante que los chicos y chicas salgan del Instituto y la Universidad con la convicción de que es necesario luchar contra todo tipo de violencias y que hay que defender los derechos humanos, que no se acostumbren a que las guerras y las masacres son normales, que no acaben insensibles frente al dolor ajeno y que sean capaces de indignarse ante las injusticias y ante la violencia. Que se sientan solidarios con las personas que sufren y tengan ganas de implicarse en detener todo tipo de agresiones, guerras y violencias.

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