«Hay más gente joven que se está interesando por el libro de papel»

Entrevista a Montse Serrano

Montse Serrano

Lleva la Librería +Bernat, de Barcelona (http://www.libreriamasbernat.com). Estudió Ciencias de la Información. Ha publicado Todo pasa en la calle Buenos Aires, un homenaje a los libros, a los libreros, a los lectores, a los amigos, al barrio y a la ciudad de Barcelona.

 

¿Cómo podríamos definir el libro, viejo acompañante de la condición humana? ¿Las tabillas sumerias, los papiros, los códices… podrían ser considerados libros?

Por primera vez, una investigadora, Irene Vallejo, de Zaragoza, ha escrito su tesis doctoral sobre la historia del libro como objeto. Con el título “El infinito en un junco” (https://www.siruela.com/catalogo.php?id_libro=3948, narra 30 siglos de la historia de los libros. Se ha contado lo de Gutenberg, los papiros…, pero algo tan completo, desde Homero hasta nuestros días, no existía. Hay muy pocos objetos que no hayan cambiado a lo largo del tiempo. Entre ellos está el libro, como soporte. Puede haberse modificado, ha variado su estética, pero sigue siendo lo mismo. 

¿La Biblioteca de Alejandría, mito o realidad?

La Biblioteca de Alejandría existió. Se creó en el siglo III antes de Cristo y se estima que albergaba hasta 70.000 volúmenes literarios, académicos y religiosos. Es tan importante que incluso el modo en que catalogaron los pergaminos y las tablillas fue un sistema precursor de nuestros modernos registros. Se ha mitificado mucho la Biblioteca de Alejandría, porque hay muchas referencias a ella que no han sido contrastadas. Aquel momento fue muy importante por el florecimiento de la cultura griega, que tiene mucho que ver con la creación de la Biblioteca. Alejandro Magno, que fue discípulo de Aristóteles, llevaba siempre La Ilíada en su bolsillo. 

¿La edición de la denominada Biblia de Gutenberg supone un antes y un después en la historia del libro?

Sí, claro. La invención de la imprenta, que facilita la edición, revolucionó el libro. Inicialmente, los libros se editaban en los monasterios donde, antes, los códices, se elaboraban uno a uno. Con la invención de la imprenta de tipos metálicos móviles, en 1450, Gutenberg, herrero y editor, hizo que los textos se volvieran más accesibles. Anteriormente, en China, donde se inventó el papel, ya se imprimían libros con tipos de madera y bronce. La biblia de Gutenberg es el incunable más famoso de todos los tiempos. Con ella dio comienzo la impresión masiva de textos en Occidente, que generó un gran negocio internacional, y marca el paso de la Edad Media a la Edad Moderna. No es casual que fuera la Biblia el primer libro impreso, si se tiene en cuenta que eran los monasterios quienes controlaban la edición y, luego, las imprentas. Sabían que aquello era un gran invento para difundir sus ideas.

¿Y del proyecto de recopilar todos los saberes de la época en un solo libro, de la Enciclopedia de la Ilustración, que se puede decir?

Fue un gran plan que, además, se convirtió en un best seller. Se publicó en 35 volúmenes de lo más variopintos, y participaron en ella 150 colaboradores, como Voltaire, Diderot y Rousseau. En total, se dice, cerca de 24.000 ejemplares circularon por Europa. En Francia se prohibió la primera edición, y fueron imprentas suizas las que se encargaron de ello. Se hicieron ediciones piratas, y en España entró de la mano de las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País. 

¿De todos modos, el libro debía ser un objeto raro, teniendo en cuenta que muchísima gente no sabría leer?

Claro, sobre todo en España. Supongo que, históricamente, lugares como Francia, Alemania, Holanda…, eran más cultos. El analfabetismo ha sido relevante hasta hace cuatro días, y lo sigue siendo en una buena parte del mundo. Hasta que no se fue creando una educación pública, leer solo estaba al alcance de muy pocos. Solo los nobles, las jerarquías religiosas, tenían acceso a la lectura. Y si alguien era muy listo quizá podría aprender a leer, con la ayuda de alguien.

¿Otro hito del libro es quizá el Quijote? ¿Fue muy editado? ¿Se tradujo mucho?

El Quijote es el libro más leído de todos los tiempos, tras la Biblia. Sorprende la cantidad de ejemplares que se llegaron a vender, no solo en España, sino en Bruselas, Milán, Lisboa… y otros lugares, donde fue editado, prácticamente desde que fue escrito, en 1605. Doce años después, en 1617, fue en Barcelona donde se hizo, por primera vez, una publicación conjunta de las dos partes de la obra. Por entonces, ya se había extendido mucho la afición a la lectura.

¿El coleccionismo, las bibliotecas particulares, seguramente ya adquieren por entonces relevancia?

Un día, me llegó a las manos un libro firmado por Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colon, que fue un loco coleccionista de libros. Cuando su padre descubre América quiso llevarse allí todos sus libros. Desgraciadamente, en la travesía el barco que los transportaba naufragó en el Atlántico. La gente poderosa, noble, erudita protegida por los reyes disponía de medios para encontrar libros, encargarlos, coleccionarlos… Como hicieron Hernando de Colón, Montaigne y otros. Todo el techo de la torre en la que se confinó Montaigne con su biblioteca, durante diez años, está llena de escritos, de su puño y letra. 

¿Se puede establecer algún momento cumbre en el devenir del libro?

En este momento. En el mundo digital. Piensa que ahora puedes escribir un libro y editar un solo ejemplar. Todo es posible. El auge comienza a partir del siglo XXI. A partir del año 2000, el cambio tecnológico impulsa una vulgarización sin precedentes del libro. Pero ha habido momentos y lugares muy significativos en la historia del libro. Por ejemplo, Barcelona ha ocupado un lugar relevante en la imprenta y el libro. Las primeras librerías de Barcelona fueron derivadas de las imprentas. A principios del siglo XX, estaba la imprenta en la parte de atrás del local, y en la parte delantera vendían algunos libros. Barcelona ha sido una plaza fuerte del libro, y por eso hay en ella tantas librerías.

Como con los periódicos, existe en el libro un debate sobre el futuro del papel respecto a lo digital ¿Por dónde, a su juicio, van los tiros en esta cuestión?

Esto no es algo nuevo. Desde hace muchos años, han abundado los gurús que pronosticaban que el libro se acababa. Nunca me lo he creído. Ahí existe un nicho de mercado muy importante. Veremos lo que pasa con las nuevas generaciones, porque el hábito se está perdiendo, y esto es grave ¿Por qué? Porque está el ordenador, el móvil, los videojuegos… Entonces, el tiempo de ocio se reparte. La lectura supone un esfuerzo, concentración, un entorno adecuado… Sin embargo, las imágenes no exigen ningún esfuerzo. Te pones delante de la de la pantalla… Y lo que te echen. Si no se generan hábitos de lectura en la escuela ¿Qué podemos esperar? Hay, además, algo de fondo en todo esto, porque el cerebro funciona de manera distinta cuando crea imágenes mediante la lectura que cuando se perciben directamente de una pantalla. Y me llama la atención que, con el Covid, que nos ha obligado a estar más en casa, hay más gente joven que se esté interesando por el libro de papel.

¿Qué foto fija se puede obtener hoy en día del panorama de la edición?

Se edita muchísimo. En mi librería no cabe ni un alfiler, ahora que estamos preparando San Jordi. Hay inflación de títulos, y creo que se tendrían que reducir. Pero parar la rueda en esta sociedad que hemos montado es muy difícil, porque ¿Cómo le dices tú a uno de La Roca, que no haga 50 camisetas? Lo que leíamos en los años 80, no se hace ahora ni por asomo. Lo escrito, escrito está. Es la memoria histórica, y resulta chocante que se cuestione, a posteriori y desde lo políticamente correcto, lo que se hizo en otro tiempo, como está ocurriendo, por ejemplo, con Ferrándiz, que se ha vuelto a editar, y hay feministas que se niegan a que salgan algunos títulos porque los consideran machistas. 

El libro ha sido un arma decisiva en la lucha ideológica, política, cultural… ¿A la vista de la proliferación de textos firmados por políticos y famosos, sigue siéndola?

Planeta, listísima, se inventó que el político fuera con un libro. Aunque no haya debate y solo se quiere oír lo mismo, todo político que se precie recorre toda Cataluña con su libro bajo del brazo- El libro ennoblece y aunque tú digas ¿Pero qué hace este patán escribiendo un libro?, es así.

Aterrizando en San Jordi ¿Qué podemos reseñar?

Eso fue una casualidad. En un mes de octubre, a una imprenta-librería de Barcelona le sobraron muchos libros, y los sacó a la venta en la calle. El éxito fue tal, que se repitió, hasta convertirse en un acontecimiento. Y ahora se celebra el 23 de abril porque ese día fue la muerte de Shakespeare y de Cervantes.

 

 

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