La presentación de las firmas estuvo centrada en el efecto Benedito, el precandidato que no se personó siquiera en el club para validar sus firmas y que, según apuntaron diversas informaciones, podían haber ido a parar a otra precandidatura.
Las especulaciones situaban a Emili Rousaud en el centro de una hipótesis que ahora queda en manos la Junta Electoral a partir de que este martes se inicie el proceso de validación.
La Junta Electoral ya ha recibido una petición de Toni Freixa, aunque no se descarta que haya más de otro precandidato, en el sentido de arbitrar las máximas garantías y disponer de los recursos necesarios para que cada papeleta sea confirmada por alguno de los medios legales previstos, como el envío de un SMS a cada socio informando del registro de su papeleta a favor de un determinado precandidato.
Esa es una forma de asegurar la transparencia y la garantía del filtro que, necesariamente, debe aplicarse en escenario de una enorme tensión en el proceso de validación.
Estas dudas planearán como principal incógnita en esta recta final de unas elecciones que no se sabe aún si podrán celebrarse el día 24 de enero como quiere y tiene planeado Joan Laporta o bien se impondrá la evidencia de unas cifras epidemiológicas que no dejan lugar a dudas.
La exhibición de Joan Laporta (10.257 firmas) ha respondido a las expectativas, aunque proporcionalmente no es destacada respecto de las papeletas solicitadas, que fueron 80.000. Tampoco nadie duda en el entorno más especializado que las mismas fuerzas sociales independentistas que promovieron el voto de censura a través de su aparato han colaborado en engrosar las papeletas de Víctor Font y de Joan Laporta.
Ahora, en cualquier caso, empieza otro partido que nada tiene que ver con todo lo vivido anteriormente. Pero no será amistoso porque la defensa de los votos de Rousaud será una batalla determinante y clave.
