NERVIOS, REVENTAS Y MUCHAS SOSPECHAS

La víspera estuvo dominada por los intentos desesperados de conseguir las firmas y por la tentación de hacer trampas

La guerra de nervios la víspera de la entrega de las firmas convirtió las últimas horas en un avispero de rumores, denuncias insinuadas y sospechas. Mientras Toni Freixa, al que se daba por descartado según las encuestas y los opinadores, se ha convertido en el candidato con más aceptación entre los socios que han firmado por un candidato que no ha ofrecido regalos ni realizado un solo anuncio en los medios, es decir como un candidato legítimamente refrendado por esa imagen seria con la que arrancó la campaña, Víctor Font y Joan Laporta han confirmado sus expectativas como teóricos favoritos, eso sí, derrochando dinero en publicidad.

Ambos, sin embargo, han desplegado un arsenal de medios y de recursos inigualables en ninguna otra campaña electoral del FC Barcelona. Se calcula que han gastado cada uno más de un millón de euros, sin dejar una sola superficie publicitaria por ocupar y, claramente, con el respaldo unánime de la prensa afín desde hace años al aparato mediático, político y económico desarrollado y evolucionado desde el Elefant Blau del 1997, alrededor del cruyffismo.

Esa es una ventaja nada desdeñable desde el punto de vista periodístico, un rodillo que venía diciendo desde hace meses que estas elecciones sería un mano a mano entre Joan Laporta y Víctor Font. Para esta tarde se espera con interés ver cuántas firmas ha sido capaz de acumular cada uno de ellos.

La otra sorpresa sería Emili Rousaud, exdirectivo del FC Barcelona que, casualmente, ha obtenido el apoyo de las personas vinculadas a la administración de Josep Maria Bartomeu como los vicepresidentes Jordi Cardoner y Pau Vilanova. Su precandidatura fue el blanco de todos los rumores en el ámbito de la compra venta de firmas.

Trascendió que si el sábado tenía poco más de 1.000 ayer domingo llegó a afirmar que ya había alcanzado las 2.257 y que necesitaba algunas más para disponer de un colchón suficiente para el porcentaje de firmas, entre el 5 y el 10%, que caen por efecto de las duplicidades y por deficiencias en los datos.

Rápidamente corrieron informaciones en el sentido de que algunas de las firmas obtenidas por otros precandidatos podrían estar siendo ‘revendidas’ a otro aspirante para conseguir el mínimo,

Hoy se podrá comprobar, cuando las aspirantes entreguen las firmas por la tarde, si la totalidad de las recogidas se entregan o hay candidatos que prefieren no dejar las suyas al club para su recuento, validación y destrucción final.

Por la naturaleza del proceso, todos los candidatos deben depositar las firmas en el club por respeto a los socios que les han dado la firma y por la ética de quien se compromete con un proceso de que deber ser transparente y estar a la altura del club.

El precandidato que no las deposite en el club no podrá evitar ser blanco de las acusaciones, sospechas y puede que hasta de alguna acción penal si existen indicios suficientes como para atribuirle un delito de uso indebido de datos personales y de falsedad documental. Lo que ha quedado claro, en cualquier caso, es que este sistema de papeletas ha quedado del todo obsoleto por pedestre e inseguro.

El precandidato Agustí Bendito ya protagonizó una incidencia grave cuando, hace tres años promovió un voto de censura que no cerró, pendiente de entregar los cientos o miles de firmas que aseguró tener aunque no recontadas y validadas por el club como es obligatorio.

No se sabe si Jordi Farré, que ya se vio envuelto en un affaire de irregularidades y sospechas con motivo del voto de censura, presentará las suyas. También está demostrado que con motivo del anterior proceso de recogida de firmas se hizo con un buen número de teléfonos de socios, aunque no fuera necesario para tramitar la firma de aval. Seguramente porque con pizzas i tattos no es suficiente.

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