«Con la incorporación como director de Barça TV del prestigioso periodista Vicent Sanchis, el canal oficial del club deja clara su intención de competir por la audiencia y mejorar contenidos coincidiendo con su emisión en abierto en Cataluña«. Así daban la bienvenida los medios afines a Joan Laporta al gran fichaje mediático del momento, a principios del 2009, a 18 meses de las elecciones a la presidencia del FC Barcelona. Cuando Sanchis fue liquidado en julio del 2010, el canal había perdido más de 9 millones de euros en su cuenta de explotación, había bajado sustancialmente en suscripciones y también 600.000 euros en ingresos. Solo en el último año de gestión, del julio de 2009 a junio del 2010, el canal del Barça se había gastado 1,8 millones de euros de más en servicios externos respecto a la temporada anterior.
Vicent Sanchis no tuvo, pero, el honor de haber destrozado Barça TV en solitario, él solo remató con nota la pésima gestión de sus antecesores, como Eduard Pujol, que ya había dejado el canal al lado del abismo, también como resultado del draconiano contrato de explotación con Mediapro. La productora pagaba 3,6 millones de euros para el control y la gestión, pero por otro lado facturaba a precio de oro la asistencia técnica y los medios de producción requeridos. De este modo recuperaba sobradamente la inversión.
SIEMPRE MEDIAPRO
Este fue otro negocio ruinoso para el Barça de la era de Joan Laporta, que solo tres días antes de las elecciones del 13 de junio del 2010 dejó firmada a favor de Mediapro una ampliación del contrato por los derechos de TV y unas condiciones insoportables para el club en relación con el futuro de Barça TV. Tan insoportables que el Barça se desprendió completamente del canal un año después, en favor de Mediapro.
El legado de Vicent Sanchis no solo estuvo manchado por el rojo de unas pérdidas tremebundas. También en los contenidos, en los qué dio curso a una línea informativa y opinativa favorable al poder más allá incluso de lo que podría calificarse como una postura de desplante o tendenciosa. Acompañado en el Barça por sus colegas de la Fundació Catalunya Oberta, como el mismo Joan Laporta, el director general Joan Oliver y el tesorero Xavier Sala i Martín, el nuevo y último director del canal azulgrana no dudó en emplear este medio oficial del club, y en teoría también de todos los socios, como una arma mediática contra la imagen y la figura de Sandro Rosell en un inútil y fracasado intento por desviar el voto de los socios a favor de una directiva capaz de regenerar democráticamente, socialmente, económicamente y patrimonialmente un club arrasado y vacío.
La tormenta quedó en un vaso de agua desde la perspectiva de la eficacia electoral, puesto que Sandro Rosell acabó siendo el presidente más votado de la historia del club. Y esto a pesar de la concentración de fuerzas laportistas, cruyffistas y guardiolistas alrededor de la candidatura de Jaume Ferrer, un directivo de esta misma cuerda convergente y estrechamente ligado también al pujolismo más depredador.
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