40 años del nacimiento del colectivo ecologista Userda

Fieles a los ideales que les inspiraron, los periodistas ecologistas continúan trabajando para la transición hacia un país limpio, equilibrado y antinuclear
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Estos días, el Colectivo de Periodistas Ecologistas conmemora los 40 años de su creación por parte de un grupo de profesionales de los medios de comunicación catalanes, dispuestos -en aquellos tiempos de transición política de la dictadura a la democracia- a concienciar a la opinión pública de la necesidad de defensa de los espacios naturales de Cataluña, de reconvertir la economía de crecimiento industrial y de costosas y aberrantes infraestructuras en una economía ecológica y de respeto a nuestro patrimonio, así como de denunciar todas aquellas actuaciones que iban en sentido contrario al que tiene que ser una democracia verdadera.

El núcleo inicial del Colectivo de Periodistas Ecologistas de Cataluña estaba formado por Santiago Vilanova, Xavier Garcia, Jaume Reixach, Josep Català, Alfons Ribera y Xavier Borràs, con la colaboración de varios expertos en el campo de la ingeniería industrial y la energía (Pep Puig y Joaquim Coromines), de problemáticas territoriales (Jordi Fortuny, Salvador Balcells, Ramon Farré, Xavier Icart…), además de destacadas componentes del ecofeminismo, como Pilar Sentís. Todos ellos editaron, dirigida por Santiago Vilanova, doce números de la revista Userda (1977-82) dedicada a «la información, la crítica y la alternativa ecológica«, pionera en catalán de un pensamiento, una filosofía y una acción como el ecologismo, que ya estaba presente en el ámbito europeo y norteamericano.

Los miembros del Colectivo, además de los numerosos artículos, crónicas y reportajes que publicaron en los medios de comunicación, ampliaron contenidos, igualmente, con una buena cantidad de libros, entre los cuales los dedicados al combate ecologista en Cataluña, a la cuestión nuclear o al pantano de Rialb, así como ensayos destinados a poner en cuestión el bipartidismo dominante en Cataluña, para entender que ni CiU ni el PSC actuaban para resolver los conflictos ambientales.

Otros frentes de aquel combate -con la solidaridad y participación de grupos de toda Cataluña y del mundo del campesinado (Unió de Pagesos)- fueron las luchas por los Aiguamolls de l’Empordà, por la zona volcánica de la Garrotxa y por la defensa de los parajes de la Costa Brava, del Pirineo y del Delta del Ebro, afectado, como toda la cuenca, por la amenaza del trasvase. Al cabo de los años contemplamos como el drama ecológico –económico y humano- se ha acentuado y globalizado, y se han degradado hasta extremos exasperantes las condiciones de vida de la gente y el territorio, empobreciéndolos simultáneamente y haciendo más intensiva la explotación de recursos (y la de los trabajadores) como argumento ante la crisis. 

LEE EL REPORTAJE COMPLETO EN LA EDICIÓN EN PAPEL DE EL TRIANGLE DE ESTA SEMANA  

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