¿Mas es menos?

Explica el psicólogo Barry Schwartz que el exceso de oferta en la sociedad actual, lejos de socorrer al ciudadano, termina creándole ansiedad y estrés crónico. En periodismo pasa algo parecido, en medio de la copiosidad informativa al individuo le cuesta separar el grano de la paja y acaba creando un totum revolutum que perjudica seriamente la verdad. La epidemia judicial que vivimos ayuda a no entender nada o muy poco y la gente termina haciendo un revoltijo con historias e histerias inicialmente bastante diferenciables.

No deberíamos mezclar, por ejemplo, el 9N con el 3%; el primero no debería haber llegado al juzgado y el segundo ya hace tiempo que deberíamos haber sentenciado. Me parece injusto que el ex presidente Mas se siente en el banquillo de los acusados por haber puesto las urnas haciendo caso al reclamo de la sociedad civil (9N), y encontraría justo que se sentara por la presunta financiación ilegal de su partido.

Tienen razón quienes denuncian que no es casual que el juicio del 3% llegue justo ahora, en pleno apogeo independentista; sería cándido pensar que la alineación de planetas judiciales es azarosa, pero sin mierda no hay peste. Por otra parte, no son pocos los que defienden la teoría del pez que se muerde la cola: si Convergencia es ahora independiente es fruto de una huida hacia adelante y no de la maduración de una idea que, como el fruto, acaba cayendo. Sea como sea, ahora hay polvo porque antes se fue a la era.

El PDECat tiene un problema y este se llama Artur Mas. Autoexcluido el presidente Puigdemont de la batalla política, Mas sigue siendo uno de los principales activos de la formación, pero a la vez es quien mejor recuerda la vieja y defenestrada Convergencia. Si las encuestas dijeran que el PDECat gana las elecciones no habría debate, los suyos pedirían a Mas que rehiciera el paso, del lado a atrás, pero la idea de ver Junqueras presidente de la Generalitat (con el permiso de los Comunes) desespera, y con este desasosiego cuesta tener la cabeza fría para tomar las decisiones más oportunas.

Salvo sorpresas de última hora, seguramente Mas saldrá del 9N injustamente inhabilitado, pero costará que el 3% le acabe salpicando judicialmente hablando porque Osácar o Gordó ya se encargarán de habilitar un cortafuegos que evite la quema del ex presidente. De todos modos, pase lo que pase, hará bien el PDECat de terminar el trabajo que en su día inició la CUP y, aunque sea a regañadientes, vacíe definitivamente la papelera de la historia donde, teóricamente, inverna un Mas con ganas aún de reescribir un final más épico para su biografía.

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