A la abuela de Podemos

Estimada Teresa Torres –mediáticamente conocida como la abuela de Podemos. Celebro tu toque de atención a los aprendices de pimpinela Pablo Iglesias e Iñigo Errejón. Aunque es pública y notoria tu parcialidad en favor del primero, creo necesario el tirón de orejas: estamos hartos de las gesticuladas peleas del dúo revelación de la política española. Al principio pensaba que sobreactuaban adrede, para exhibir una pluralidad moderna, más o menos fingida; de hecho, tal vez lo que comenzó como un movimiento meramente táctico, ha acabado enredándose hasta extremos vergonzantes, y hasta forzar tu merecido y necesario regaño.

Creo (¿creía?) que Podemos había sido llamado para hacer o forzar revoluciones en un país apolillado, ávido de revueltas y harto de naftalina. Engendrados por el pueblo entre tiendas de campaña de Sol (después Vodafone…), un 15-M inolvidable, parecían imparables, y ahora retroceden como cangrejos, prisioneros de sus propias estrategias y/o contradicciones. Si saliéramos a la calle a preguntar a los indignados las siete diferencias entre Iglesias y Errejón, quién sabe si sabrían enumerar alguna. Los dos quieren conquistar el cielo, ahí están de acuerdo, si bien uno entiende que esto sólo es posible al asalto y el otro no quiere atajos, elige hacerlo por la vía del consenso. ¿Eso es todo? El ego de los dos, en las proporciones justas, debe acabar de completar las siete diferencias de los ya famosos pimpinelas de la política española.

Como ocurre con los impostados besos en la boca, amamantamientos públicos, quebradizas protocolarias varias, o con tantas otras posturas, la reiteración de la novedad termina agotando la espontaneidad. Así, la gente se empieza a cansar de las constantes disputas de los podemitas. Preocupados por sus discusiones internas y eternas, se han olvidado de conquistar cielo, sea por consenso o por asalto.

Ya en el pasado González y Guerra, o en el presente Sánchez y Díaz, han peleado, se pelean y pelearán hasta el agotamiento. La izquierda nunca ha necesitado de enemigos externos, ella misma los crea y se autodestruye con aterradora habilidad. Pero, ¿no habíamos quedado que Podemos era diferente y venía a regenerar la política?

Entonces se agradece tu preclaro tirón de orejas, abuela de Podemos. Dice Iglesias que toma nota de tus agravios. Algo me hace pensar que las toma con lápiz y las notas se pueden borrar. Ojalá me equivoque. Hay mucho trabajo que hacer como para ir perdiendo el tiempo mirándose el ombligo…

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