El Plan de Sequía que está cocinando la Agencia Catalana del Agua (ACA) se ha encontrado con la firme oposición de una larga lista de entidades y administraciones de las comarcas gerundenses, entre ellas el Ayuntamiento de la capital del Onyar y los 61 consistorios del Consorcio del Ter.
Se oponen a las intenciones de abastecer con el agua del Ter a cuencas como la del Llobregat, proveedor del área metropolitana de Barcelona. Señalan que el Ter «no da más de sí» y que el plan de la Generalitat amenaza la sostenibilidad de este río.
Ponç Feliu, gerente del Consorcio, indica que un 70% del agua del Ter -de media- va a parar al área de Barcelona y señala como principal problema que el plan de la ACA sólo tiene en cuenta las cuencas del Ter y del Llobregat en su configuración.
Por su parte, la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas, pide al Gobierno de la Generalitat que busque alternativas para que Barcelona no tenga que llevarse tanta agua de la cuenca del Ter.
Entre las alegaciones contra el plan presentadas por los potenciales damnificados, publica el Diari de Girona, también figuran las de la Junta Central de Usuarios de Agua del Bajo Ter, que reprocha al Gobierno catalán que no plantea soluciones al «permanente estadio de alerta y restricción» que viven y apunta que el actual modelo catalán de gestión del agua está agotado.
