El primer ministro francés, Manuel Valls, ha comunicado a los 300.000 jóvenesconcentrados desde el 31 de marzo en las principales plazas francesas y organizados por la Unión Nacional de Estudiantes Franceses (UNEF) nuevas medidas para favorecer la inserción de los jóvenes al mercado profesional en un intento de frenar las numerosas protestas y manifestaciones provocadas por la última reforma laboral.
Valls ha declarado que «Francia tiene que escuchar a la juventud» y que por este motivo se destinarán un total de 500 millones de euros anuales para poder alargar las becas durante cuatro meses a los estudiantes de entre 16 y 25 años que hayan sacado malas calificaciones, tiempo suficiente para que puedan buscar un empleo. El primer ministro también se ha comprometido a enmendar la reforma laboral para incrementar los impuestos empresariales a los contratos temporales, que constituyen el 87% de las primeras contrataciones.
Valls también ha propuesto la creación de una ayuda de 1.000 euros para los universitarios con pocos recursos, a la que se destinarán 25 millones de euros, y una garantía estatal para asegurar el acceso al alquiler de los pisos por los jóvenes, valorada en 100 millones de euros. Otros 20 millones de euros les permitirán acceder a la Seguridad Social y 28 millones más serán destinados a revalorizar las becas de educación secundaria. Finalmente, el Gobierno creará 2.000 plazas de grado superior para los alumnos que procedan de una formación profesional.
William Martinet, presidente de la UNEF, se ha mostrado «satisfecho» con las medidas propuestas por Valls. Aún así, sigue convocada la manifestación para el 28 de abril en contra de la última reforma laboral, considerada como «una mala ley». El movimiento, iniciado el pasado 31 de marzo a raíz de la última reforma laboral, ya se ha extendido por unas 200 ciudades del país y ha movilizado a más de 400.000 personas, según las autoridades francesas.
