CGT ha hecho balance de las primeras jornadas de la huelga indefinida que convocó en el Puerto de Barcelona hace una semana para protestar contra el empeoramiento de las condiciones laborales.
Desde el pasado 6 de noviembre se efectúan 9 horas diarias de huelga que, según este sindicato, ha recibido el seguimiento de la mayoría de los trabajadores y ha provocado retrasos importantes en la descarga de mercancías.
Los representantes de los trabajadores, que han convocado una concentración este jueves ante la sede de la Autoridad Portuaria de Barcelona, ubicada en el World Trade Center, han remitido un escrito al presidente del Puerto, Sixte Cámara, donde exponen su intranquilidad por «el empeño de nuestras empresas en deteriorar las condiciones laborales».
CGT denuncia que la culminación del empeoramiento de las condiciones laborales del remolque portuario tuvo lugar el pasado 7 de noviembre, con la implantación de un nuevo plan de trabajo por parte de la UTE de Rebarsa y SAR, que consideran que infringe la legalidad, motivo por el cual convocaron la huelga. Este sindicato indica que se está creando un marco laboral «impropio de un país civilizado».
Con su protesta, los huelguistas quieren tumbar un plan laboral que, según denuncian, hace peligrar la seguridad laboral mediante una sobrecarga de horas de trabajo.
El escrito interpela a Cambra (amigo, por cierto, del presidente Artur Mas) para que el Puerto de Barcelona haga posible un modelo de relaciones laborales «que respeten los derechos sociales, la seguridad en el trabajo, a la vez que mantenga la calidad e imagen del servicio de remolque».
CGT señala, por otro lado, que «a propuesta de las empresas», la Administración «ha tomado partido contra los trabajadores del remolque marítimo» decretando «servicios mínimos abusivos que, consideramos, vulneran el derecho de huelga al imponer que funcionen durante las horas de parón dos remolcadores en vez de mantener únicamente un servicio para emergencias».
