Indignación por el protocolo sobre los niños con TDAH

Un manifiesto denuncia la falta de consenso y de rigor científico y pide a la Generalitat que lo retire
tdah presentacio protocol
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Profesionales clínicos de la salud mental, docentes, trabajadores sociales, asociaciones y familiares de afectados impulsan un minucioso manifiesto que solicita la retirada del protocolo del Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya sobre el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH).

El manifiesto ha recibido más de 950 firmas, así como las adhesiones de casi cuarenta entidades, entre ellas el Colegio de Terapeutas Ocupacionales de Catalunya, la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública, la Plataforma para la Defensa de la Atención Pública en Salud Mental en Catalunya y la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas.

El Protocolo para el manejo del TDAH infantil-juvenil en el sistema sanitario, presentado por Salud el pasado 6 de mayo, es, según el relato gubernamental, un trabajo «consensuado» para «mejorar el diagnóstico y el tratamiento» del TDAH en la sanidad pública catalana, elaborado por un grupo de trabajo multidisciplinar del Consejo Asesor del Plan director de salud mental y adicciones formado por expertos de «diferentes sensibilidades y miradas».

Incluye 10 recomendaciones «basadas en la evidencia científica» para «homogeneizar la atención en todos los territorios». Según Carles Constante, director de Planificación e Investigación en Salud, «compartir criterio clínico es muy importante para conseguir el mejor resultado en salud para las personas y nosotros tenemos que asegurar la equidad de acceso para todo el mundo». La Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Catalunya (AQuAS) es el garante del rigor metodológico y el evaluador de los resultados.

Los autores y su criterio
La homogeneización de criterios y el hecho de esgrimir el consenso, el rigor y la pluralidad de los firmantes destacan entre los puntos más duramente criticados por los detractores de este protocolo. Alertan que se ha dado un paso más «en la política de patologizar y medicalizar la vida en general y la infancia y adolescencia en particular», que insiste en la línea de homogeneizar las prácticas clínicas sin un consenso real, emprendida ya con el plan de atención a las personas con Trastorno del Espectro Autista, y que atenta contra la libertad de elección del paciente porque, sostienen, menosprecia «las diferentes teorías y prácticas existentes en la clínica de las sintomatologías psíquicas».

Entre muchas observaciones expuestas -sobre criterios diagnósticos y tratamientos, entre otras-, los críticos consideran que se está imponiendo el modelo «biomédico-cognitivo-conductual». Indican que el TDAH es complejo y requiere consensos, pero se impulsan políticas de reducción de la variabilidad clínica, según denuncian.

El panel de 17 firmantes del protocolo, en su mayoría representantes o empleados de los grandes proveedores (privados), tampoco convence. El manifiesto se hace eco de que diez de ellos han declarado conflicto de intereses en un anexo del protocolo, así como de la financiación que nueve firmantes han recibido de la industria farmacéutica y de la presencia de miembros del AQuAS -juez y parte, así pues- en el panel. En cuanto a la «amplia representación» aducida sobre la elección de expertos, se critica que, en realidad, se limita al modelo que se quiere hacer hegemónico.

Falta de rigor
El manifiesto, asimismo, juzga el protocolo como poco riguroso en términos científicos en varios puntos. En particular, donde se refiere al TDAH como «trastorno del neurodesarrollo» y «de origen neurobiológico»: sostiene que no hay pruebas diagnósticas de esta causalidad. «Es decir, que nos quieren vender la piel del oso antes de haberlo cazado», puntualizan.

Además, se atribuye al Departamento de Salud una «perversión epistemológica» en la definición del TDAH: «No se puede decir que se siguen estudios científicos basados en pruebas y al mismo tiempo dar por buenas hipótesis no comprobadas de estudios que ni se citan».

«Si de todos los diagnósticos existentes, es precisamente el del TDAH el que mayor controversia sigue generando entre los profesionales, no será con falsos consensos, y mucho menos con recomendaciones únicas, que se eliminarán las diferencias clínicas», advierte el manifiesto, que aboga por la elaboración de una guía clínicamente consensuada con todos los representantes de los centros de salud mental infantil y juvenil y los departamentos de Educación y Bienestar Social y Familia de la Generalitat.

Otro manifiesto
Bien diferente es el punto de vista de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y Salud Mental, la Sociedad Catalana de Psiquiatría Infantojuvenil, la Sociedad Catalana de Pediatría de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña y Baleares y la Sociedad Catalana de Especialistas en Psicología Clínica y la Sociedad Catalana de Investigación y Terapia del Comportamiento.

A su vez, han firmado un breve manifiesto favorable del protocolo de Salud sobre el TDAH. Argumentan que el protocolo tiene el aval del AQuAS y que «está basado en la Guía de práctica clínica de TDAH» publicada por el Ministerio de Sanidad, que «recoge la evidencia científica sobre este trastorno», indican.

Asimismo, estas sociedades aconsejan «una evaluación rigurosa desde el ámbito científico de la práctica clínica realizada en el campo de la psiquiatría y psicología clínica infantil» y consideran que la implementación de «Guías de práctica clínica» ayuda a avanzar en ese sentido .

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