Ser de izquierdas: ¡Ahora no toca!

Ser de izquierdas es, para mí, combatir las injusticias, las desigualdades, la pobreza, la falta de respeto a los derechos humanos y la violencia de todo tipo, tanto a nivel local como global. Una definición aproximada y mejorable, claro.

Entre los derechos humanos hay uno que me genera dudas y contradicciones que es el derecho a la autodeterminación, porque no siempre me queda claro cómo se enmarca el territorio o colectivo que tiene derecho a autodeterminarse y no pocas veces los que quieren hacerlo pretenden crear islas de riqueza y bienestar insolidarias. Catalunya es un territorio relativamente bien definido y, por lo tanto, parece lógico que sus ciudadanos decidan cómo quieren estar relacionados con el resto del mundo. Llámese derecho a la autodeterminación, derecho a decidir o derecho a la dependencia o la independencia. Y Catalunya es un territorio rico. Por lo tanto, más susceptible de ser solidario económicamente con comunidades más pobres que receptor de ayudas externas.

Creo, por tanto, que así como el derecho a votar la independencia de un territorio es una cuestión bastante técnica, el sentido del voto sí tiene connotaciones sociales, donde es diferente ser de izquierdas o de derechas. Por ello, creo que el anuncio de una lista de país donde se reúnan ciudadanas y ciudadanos de izquierdas, centro o derechas, con el único objetivo de lograr la independencia de Catalunya que obvien sus discrepancias en el ámbito social debe ser rechazada por las personas de mentalidad y trayectoria progresista.

Incluso la gente de izquierdas que simpatiza con la opción independentista debería denunciar esta voluntad de diluir las diferencias ideológicas en una candidatura conjunta.

No se puede ser de izquierdas y congelar las convicciones propias hasta que cambie el marco territorial que te rodea. Hay que ser de izquierdas antes, durante y después de una independencia, si es que acaba llegando.

Entre otras razones, porque quien hace la propuesta está aplicando políticas de derechas, durante muchos años, y no piensa renunciar mientras la lista de país haga su camino.

Y porque la propuesta es renunciar a ser de izquierdas hoy, pero no queda nada claro cuándo se podría volver a denunciar que los catalanes ricos y acomodados viven la mar de felices y tranquilos mientras dura esta tregua en la lucha de clases.

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