La CUP considera válida la propuesta de reformulación de la consulta del 9N planteada hoy por Artur Mas pero rechaza que se convierta en una iniciativa partidista y de heroísmo personal. Lo ha explicado este martes, en compañía de David Fernàndez e Isabel Vallet, Quim Arrufat, quien ha apostado por la calma y para mantener viva la consulta.
Además, ha establecido un plazo de una semana para saber hasta qué punto hay compromiso por parte de los partidos pro consulta para sacar adelante el nuevo 9N y constatar que los requisitos y las garantías democráticas planteadas por la CUP se cumplen.
Entre estos requisitos figuran la creación de una comisión de supervisión, el inicio de una campaña informativa sobre la votación, el nombramiento del sustituto de Quim Brugué en la comisión de control, el llamamiento a la participación de observadores internacionales y un pacto con el que el Gobierno catalán se comprometa por escrito ante la ciudadanía a llevar a cabo la votación independientemente de posibles impugnaciones por parte del Gobierno estatal.
Según Arrufat, el anuncio de Mas de este martes es más pareciendo a un acto electoral con el presidente al frente que a una consulta popular. La gente, ha dicho, es la clave del prestigio de esta convocatoria. Durante la mañana, David Fernàndez ya había rechazado la posibilidad de integrar la CUP en una lista conjunta, como planteaba Mas.
