«Ningún paciente quedará sin asistencia por falta de camas«, repite el consejero de Salud, Boi Ruiz, cada vez que alguien le interpela sobre la reducción del servicio de los hospitales públicos catalanes este verano. El Departamento que encabeza admite que cuando baja la actividad de la ciudadanía por las vacaciones también mengua el servicio de los hospitales, pero asegura que «lo más importante es que se atienda a la gente cuando lo necesite y que los centros cumplan con sus objetivos».
Pero los hospitales públicos catalanes no atienen a la gente cuando lo necesita. En el hospital Valle de Hebron, por ejemplo, la falta de habitaciones provoca la ocupación continúa de los boxes y los pacientes acumulan hasta cinco días en espera de una cama en urgencias. Los sindicatos denuncian que el Departamento dirigido por Ruiz palia la falta de camas de la sanidad pública con la derivación de pacientes a la privada.
El documento que reproducimos es una carta que demuestra las derivaciones de la lista de pacientes de Bellvitge. Desde coordinación de admisiones y gestión de pacientes se pide a los profesionales sanitarios que elaboren una lista con las personas ingresadas, que están en lista de espera de hernias y colecistectomías, que puedan ser derivadas.
Los sindicatos denuncian que los pacientes de Bellvitge son derivados al Sagrado Corazón y al Hospital Platón de Sarriá. Y los de Can Ruti, al Hospital General de Catalunya.
Los representantes de los trabajadores en los centros sanitarios lamentan que el Gobierno reduzca el presupuesto en los centros públicos e incremente la compra de servicios sanitarios de empresas privadas. Una práctica que el Ejecutivo está generalizando en buena parte de los hospitales públicos de Catalunya.
