Esta noche de miércoles en Viladecans, Manresa, Terrassa, Lleida, Mollet, Mataró, Vilanova, Sant Feliu y Cambrils. La del martes, Premià, Tarragona i Lleida. Y la de lunes, la sede central de la calle Córcega de Barcelona. Las sedes de Convergència Democràtica han sido objeto de las iras de algunos manifestantes en los tres días de disturbios generados por el desalojo y demolición de Can Vies.
Coincidiendo con el estallido de violencia en el barrio de Sants, y después de que el conflicto se haya extendido hasta una cincuentena de municipios catalanes, varias sedes de CDC, también alguna de Unió y de Esquerra Republicana han sufrido quebradizas de vidrios y pintadas.
La mayoría de locales han aparecido con los cristales rotos y pintadas de apoyo a Can Vies y de rechazo a la manera como el Gobierno y el Ayuntamiento han gestionado el conflicto. A pesar de que los mensajes de las pintadas evidencian la disconformidad de los indignados con la manera de gobernar convergente, en las redes sociales crece una teoría conspiradora, retroalimentada por algunos políticos y tertulianos mediáticos, que involucra al Centro Nacional de Inteligencia en los disturbios con el supuesto objectivo de dinamitar el proceso independentista.
