La culpa de todo, para el padre

Miembros del clan Ruiz-Mateos se acusan mutuamente de numerosos casos de estafa
Ruiz-Mateos
Ruiz-Mateos

El recurso de Álvaro y Javier Ruiz-Mateos Rivero, hijos del empresario andaluz José María Ruiz-Mateos, contra la sentencia de 2 años y 9 meses de prisión por un delito de fraude fiscal, sigue la línea que los seis hermanos mantienen en los juicios a que se enfrentan por todo el Estado: culpar a su padre. El enfrentamiento que se vive en el seno familiar ha trascendido a la opinión pública y no dudan en acusarse mutuamente de los numerosos casos de estafa en los que se ven implicados en diferentes juzgados.

 

El patriarca del clan, José Maria, ha llegado a asegurar que prefiere ver a sus hijos en la prisión que quedar él como un estafador, según la versión de quien durante 27 años fue su abogado, Joaquín Yvancos, que también ha acabado mal con la familia.

 

Un empresario que mantiene un pleito con la familia Ruiz-Mateos reconoce a EL TRIANGLE su admiración por la inteligencia de José María padre, a quien define como «pionero de la estafa», de la que él también fue víctima. Según explicó a este medio mientras se celebraba el juicio, el empresario jerezano fue capaz de montar estafas piramidales, que ahora han copiado muchos financieros, antes de que nadie en España supiera cómo se hacían ni en qué consistían.

 

Los seis hermanos Ruiz-Mateos ocupan desde hace más de 15 años cargos de responsabilidad dentro del grupo familiar, aunque en la mayoría de empresas que controlan aparecen terceras personas sin vinculación personal como testaferros, una práctica muy habitual del clan de la abeja. Todos insisten en desmentir que estuvieran al corriente de lo que pasaba dentro de las empresas y resumen sus responsabilidades en informar a su padre, aunque después los trabajadores los identifiquen como las personas que daban las órdenes y supervisaban los balances y las cuentas.

 

Hay quien cree que el enfrentamiento familiar es el último engaño de Ruiz-Mateos y que los intentos de culpar al progenitor sólo buscan liberar a cualquier miembro del clan de una entrada en la prisión, puesto que José María padre asegura tener una enfermedad degenerativa, que unida a sus 83 años de edad le eximirían de dormir entre rejas.

 

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