La comisión de investigación sobras las cajas de ahorros constituida en el Parlament de Catalunya tiene un largo trabajo por delante. Los diputados tendrán la oportunidad de interrogar, entre otros testigos, a la anterior cúpula de Caixa Girona y los responsables de la Conselleria de Economía que, en su momento, decidieron archivar el expediente sancionador abierto a esta entidad gerundense al detectar innumerables irregularidades en su gestión.
Caixa de Girona desapareció silenciosamente del mapa financiero después de ser absorbida, el 1 de noviembre de 2010, por La Caixa. Terminaba así una historia de 70 años de una entidad que fue fundada por la Diputación de Girona y que feneció a causa de su exacerbada exposición al crédito inmobiliario. Una mala gestión que dejó un agujero cifrado en 2.500 millones de euros.
Según publicó en exclusiva EL TRIANGLE en papel (edición nº 975), una auditoría realizada por la Dirección general de Política Financiera de la Consejería de Economía demostró que altos cargos de Caixa Girona y de su fundación se lucraron directamente con préstamos, contratos y subvenciones concedidos alegramente, así como familiares suyos.
El entonces presidente de la entidad gerundense, Arcadi Calzada, se hinchó a vender obras de arte de su galería particular a Caixa de Girona. El vicepresidente, Max Marcó, fue beneficiario de hasta 17 líneas de crédito y avales, muchos de ellos ocultados al Banco de España. Y el expresidente de la Diputación de Girona y ex vocal de la entidad financiera, Jaume Torramadé tramitó dos créditos para su partido, Unió Democràtica de Catalunya.
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