Los debates electorales ya se están cocinando en la trastienda de los méritos de comunicación con la duda sobre si Joan Laporta querrá participar. Los medios se están topando con la reticencia del expresidente que los propios periodistas consideran claro favorito en sus quinielas.
Los asesores de Joan Laporta son conscientes de que cuando más sea expuesto ante la opinión pública y a preguntas o situaciones complicadas, con la obligación de responder sobre su pasado y cuentas pendientes, perderá esa imagen de renacido que sólo pretende simular que han vuelto los tiempos más felices de su presidencia.
Pero un Laporta a punto reventar de botox, desconectado del Barça como demuestran sus extrañas e inconcretas respuestas y sobre todo con los precedentes de sus excesos y los 100 millones de euros que dejó de perdidas en el club, por no hablar de su pillada de dedos en el Reus, no seria el candidato que mejor pudiera defenderse en debates frente a contrincantes como Víctor Font, en cierto modo novato, pero sobre todo contra Toni Freixa, con experiencia y conocimientos sobrados para desarmarlo y además de forma cruel.
¿Pondrá excusas? Es probable que cueste concertar los debates o cuando menos que no haya demasiados. De momento, TV3 lo ha convocado para el día 22 de enero, mientras que TVE baraja la fecha del 18 y el día 10 el Grupo Godó.
A Laporta, en cualquier caso, no le convienen ni puede enviar una pancarta a ocupar una plaza si se producen. De momento, todas las entrevistas hasta ahora no han sido sino ‘masajes’ periodísticos que no por esperados dejan de ser sorprendentes para sonrojo de la clase periodística.
