Tebas dice que Laporta solo salva las cuentas vendiendo a varios de sus ‘cracks’

Solo le ha 'comprado' a Laporta la mitad de los 808 millones en palancas por tratarse de revalorizaciones contables, sin entrada de 'cash', que no han beneficiado el margen salarial y además han arrastrado a LaLiga a un superávit falseado

Javier Tebas

Hace poco más de un año, el presidente de LaLiga, Javier Tebas, habría acusado al Barça de inflar artificiosa y casi fraudulentamente sus balances y, en consecuencia, también de arrastrar a la propia patronal y al fútbol español a una falsa situación de beneficios, una vez contabilizados los ingresos y los gastos presentados por los clubs. LaLiga ha aprovechado de forma hábil e inteligente la enorme expectación de los partidos de vuelta de cuartos de final de la Champions, con tres equipos españoles participantes, para ofrecer este resumen de la temporada 2022-23, que arroja una facturación récord de 5.698 millones contra unos gastos de 5.498 y un superávit de 200 millones. O sea, beneficios por primera vez desde la pandemia.

El problema para LaLiga, esta vez tratado sin acritud y con una normalidad que difiere enormemente del marcaje de Tebas a Joan Laporta desde que el Barça se alió con el Real Madrid contra el acuerdo marco con CVC, es que son 800 millones los que se han contabilizado como palancas del FC Barcelona, la única apuesta y recurso de Laporta frente a la caída de ingresos tras su llegada a la presidencia.

Descontando técnicamente esos ingresos extraordinarios por su naturaleza, pues no provienen de la actividad deportiva directa ni de forma indirecta de la explotación comercial de la competición, el cierre real arrojaría una cifra parecida al propio récord de LaLiga del ejercicio 2019-20, de 5.065 millones, registrado antes del pico negativo derivado de la covid. Serían, así pues, unos números razonablemente esperanzadores e indicativos de la recuperación de los clubs.

Prácticamente de todos, menos del Barça de Laporta, convertido en una anomalía que, en otros tiempos, habría sido agriamente valorada por Tebas, como cuando afirmó en verano de 2022, en plena crisis de relaciones, que «el Barça no puede fichar a Lewandowski». Aquella guerra desató en Laporta aquella fiebre de las palancas que, finalmente, alcanzado un punto extremo crítico en las cuentas azulgrana, obligó al presidente azulgrana a aceptar una rendición incondicional. En aplicación de las reglas del juego impuestas por Tebas, solo le ha admitido 400 millones de los 808 millones de las palancas de impacto directo en el margen salarial -reducido de 650 millones a 204 millones en la última actualización-. Además, le ha obligado a reducir el coste salarial de 650 millones a 500 millones y ha exigido al Barça retirarse de la demanda firmada conjuntamente con el Real Madrid y el Athletic contra LaLiga y CVC, y presentar, al contrario, una reclamación a LaLiga para poder acogerse a las mismas ventajas que el resto de los beneficiarios de esa palanca de CVC. Por supuesto, Tebas también lo forzó a rebajar su postura beligerante contra la UEFA en el ámbito de la Superliga, de modo que Laporta ha pasado, por la cuenta que le trae a él y al Barça, de reclamarla a buscar un acuerdo de negociación con la UEFA.

Si se recuerda, en un momento dado, Laporta en persona escenificó este cambio de rumbo asistiendo a una de las asambleas de LaLiga, donde se fundió en un semi abrazo con Javier Tebas. Un gesto que, no obstante, forma parte de esa prioridad laportista por el relato mediático ante la necesidad de acallar esa voz recurrente de Tebas, puro incordio, siempre metiendo el dedo en la llaga y destapando públicamente las carencias y fragilidad de las estructuras financieras y económicas del Barça de Laporta, que siguen siendo un desastre.

Tebas, ahora elegantemente, habla de una deuda azulgrana que el club es capaz de defender, elogia el esfuerzo de Laporta en el ahorro, susurra que si recupera el dinero de Libero y cobra lo que tiene que cobrar de la venta de Barça Studios podrá volver a la norma 1:1 en cuanto a fichajes y, de forma más osada, afirma que si el Barça hace los deberes sus cuentas estarán saneadas la próxima temporada.

Lógico que, gracias a esa lectura e interpretación edulcorada de Javier Tebas, ni la prensa de Madrid -mucho menos la de Barcelona- le haya dedicado apenas titulares a este análisis del verdadero estado de la cuenta de explotación del Barça, absolutamente catastrófica. Otra cosa es cómo lo explica y el tono utilizado, pero Tebas también advierte que una parte importante de esas palancas (808 millones), prácticamente la mitad, 408 millones, corresponden a la revalorización de la parte no vendida a Mediapro y Socios.com, y que por su origen no permiten incrementar el gasto en plantilla, que no significa, en definitiva, una entrada de dinero real.

La realidad es que de esos 808 millones solo los 400 millones obtenidos a cambio del 15 % de los derechos de TV de la Liga, han ayudado a Laporta a sofocar el impacto en fichajes y salarios del verano de 2022, mientras que la mayoría se han empleado en ocultar el déficit estructural de 200 millones anuales que ya es recurrente en el Barça de Laporta, un presidente que, además, no encuentra quien ponga dinero en lo que queda de Barça Studios. La operación no solo está pendiente de los 40 millones impagados del primer plazo, sino que el 15 de junio próximo vence el segundo, de 60 millones, y quedará pendiente de cobro otro de 60 millones a un año vista. Javier Tebas le ha puesto una amable oratoria condicional a un pozo sin fondo que el propio Laporta ha aumentado con un ingreso contable de 208 millones por el valor del 51 % de la sociedad.

El castillo de naipes, como bien sabe Tebas, está a punto de desmoronarse. Por eso, sin perder la sonrisa ni emplear un acento alarmista, afirma que «el Barcelona saldrá de la situación en la que está. Tiene dos o tres jugadores de primer nivel que los pueden vender. Los venden y con eso solucionan gran parte del problema. Con eso pueden generar ingresos que no generen intereses de deuda y con eso pueden pagar a jugadores».

Tebas sabe, igual que Laporta, que la situación exige sacrificios como los traspasos -depende lo que pueda sacar por algunos de ellos- de Araujo, Frenkie de Jong, Pedri, Raphinha, Lamine Yamal o Cubarsí, pues además tiene apalabrada la continuidad de Joao Félix y Joao Cancelo, y Lewandowski ya ha avanzado que no se mueve de Barcelona.

Definitivamente, Laporta controla el relato. No la situación, cada día que pasa más desesperada e irreversible, aunque entre todos ayuden a camuflarla.

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