«Nuestros hijos no están aprendiendo»

Entrevista a Dori Huertas

Dori Huertas

Farmacéutica, con vocación asistencial. Investigadora biomédica, vinculada al CSIC y en el Hospital de Bellvitge. Considera que la educación ha sido para ella muy importante. Promueve la Plataforma de Famílies per a una Educació de Qualitat a Catalunya, para hacer frente a los problemas que están generando en la enseñanza formas de aprendizaje arriesgadas y faltas de rigor.

¿Por qué la Plataforma de Famílies per una Educació de Qualitat a Catalunya?

Viene de un pequeño primer paso que hicimos en nuestra escuela, un centro público, cuando medio centenar de familias empezamos a darnos cuenta de que nuestros niños no estaban aprendiendo. Fuimos al Consorcio de Educación a plantear que no estábamos de acuerdo con las cosas que se estaban haciendo. Aquí vimos que el problema no es solo de la escuela. Viene de mucho más arriba. Mis hijos mayores fueron a esta escuela. Yo sabía cómo funcionaba, y empecé a notar que las cosas estaban cambiando cuando mi hija pequeña entró a primero. Algunas familias coincidimos en que algo iba mal, pero hacíamos frente a la situación cada cual como podía. Desde hacer nosotros mismos clases a nuestros hijos por las tardes, con libros como los que teníamos antes, hasta recurrir a academias. Hemos hecho la plataforma para trasladar a la sociedad lo que está pasando, que no se sabe. Y queremos hacernos oír en los departamentos de Educación y de Presidencia para que se preste atención a lo que está pasando en la enseñanza.

¿Qué responde el Consorcio a vuestras inquietudes?

Fuimos a hablar con el Consorcio de Educación y la primera reacción fue casi sarcástica. Después, suponiendo seguramente que nosotros no entendíamos de qué iba la historia, optaron por hacer un plan de comunicación. Para ellos la cuestión no rae en qué y cómo se enseña o se deja de enseñar, sino en que los profesores no se comunican bien con las familias. Ahora tenemos una persona del Consorcio. La relación es mejor. La dirección no está tan parapetada y ve que tiene que explicar más cosas. Se ha hecho también una encuesta en la cual el 70% de las familias han dicho que no saben qué hacen sus hijos.

¿Cuándo arrancó la iniciativa y cómo va desarrollándose?

Nosotros hicimos esto el curso pasado. Entonces fue cuando acordamos con el Consorcio poner un tutor, en septiembre. En vez de esto, colocan a una persona encargada de hacer el plan de comunicación… A principios de curso, lo dejamos correr un poco, pero cuando salieron los resultados de PISA, en diciembre pasado, consideramos que había llegado nuestro momento, porque los datos nos estaban dando la razón. Establecimos contacto con otros centros, asociaciones de profesores… Ahora estamos empezando a organizarnos en una escala más grande, con varias escuelas, sobre todo de Barcelona y alguna de Sabadell. También hemos lanzado un manifiesto y habilitaremos una página web con información de pedagogos, docentes, familias, publicaciones…

¿La plataforma cuestiona, pues, la misma visión y el concepto de la educación, tal como está llevándose a cabo?

Sí, y vamos tomando conciencia de esto tirando del hilo. Si a mí alguien me dice lo que está pasando, no me lo creo. Y no se trata, por supuesto, de acusar a los docentes. También ellos resultan perjudicados. A partir de la nueva ley de enseñanza, que en Cataluña ha empeorado, se plantea que los niños aprendan por competencias, en vez de por adquisición de conocimientos. Además, obliga a hacer un aprendizaje basado en proyectos. Con esto, se eliminan las asignaturas. Tienen momentos de aula, situaciones de aprendizaje, ámbitos… Todo es transversal, desde primero de primaria. Momento en que los niños tienen que estar aprendiendo a leer y a escribir, matemáticas…, de manera sistemática. Ahora, nada de esto. Hay que buscar información sobre los planetas, porque somos la clase de los planetas, con niños que no saben leer ni escribir…, después vemos una película sobre planetas… Sin lápices ni papel… Esto se está haciendo en primaria y muchos institutos lo están introduciendo en secundaria.

¿Esto es una cosa peculiar, propia de Cataluña, o se está haciendo también en otros lugares de la Unión Europea o del mundo?

Viene de la Unión Europea. Olga García y Enrique Galindo lo explican en un libro titulado Aprendizaje basado en proyectos: un aprendizaje basura para el proletariado. En cualquier caso, muchos países ya están reculando, porque constatan un retroceso alarmante en la enseñanza. Finlandia, que era el modelo de referencia educativa de la Unión, es uno de los lugares que ha caído en picado en el informe PISA. Se entiende que puede haber maneras de enseñar mejores y peores, pero si no damos conocimientos, no entrenamos la memoria…, vamos mal.

A esta particular situación, ¿se añaden otros agravantes (salarios bajos, privatizaciones, sesgos ideológicos particulares…), que empeoran todavía más las cosas?

Con el cambio metodológico, de dirección…, la escuela no está organizada. Más allá del marco general de la Unión, influyen las políticas de los países que, en el caso de Cataluña, adquieren tintes particulares. Lo que se ha denominado “hacer una política educativa de país”. Esto quiere decir hacer las cosas con unas metodologías totalmente diferentes. Una cosa que, en cualquier caso, no es patrimonio exclusivo de las instituciones, de los estamentos públicos relacionados con la enseñanza. Un universo de entidades, de particulares, como la Fundación Bofill, Abacus, Òmnium y un largo etcétera, tienen montado un sistema que, prácticamente, manda más que el Departamento de Educación. Son ellos los que están dirigiendo esta transformación. Tienen intereses y están privatizando la escuela pública. Son puertas giratorias y hay políticos. Se están apoderando de la formación de los profesores. Se están frotando las manos desde que se ha anunciado que se harán matemáticas y refuerzo socioafectivo por las tardes.

En este entramado de intereses, ¿continúas pensando que los niños son conejillos de indias?

Cuando nos reuníamos con la inspección, reían porque hablábamos de libros. Decían que los niños no tenían por qué saber leer y escribir hasta los 9 años. Esto responde a la implantación de nuevas metodologías, sin apoyo de la evidencia y con la pérdida de democracia en los claustros. Influencia de entidades privadas, como decíamos, en las políticas educativas. Dedicación de recursos a gastos no prioritarios: pantallas interactivas, robótica… Papelería suministrada por Abacus. Extraescolares, que se las ha llevado Pere Tarrés… Además, se está viendo que un niño pequeño aprende menos con pantallas… Con Innovamat es como ahora aprenden nuestros hijos matemáticas. Se trata de una startup creada hace unos cinco años, en la cual también está la Fundación Bofill y la Fundación La Caixa. Forma parte de la transformación educativa, y ya está en 3.000 escuelas. Lo han implantado sin ninguna evidencia científica, y está resultando peor de lo que había.

¿No resulta chocante que, precisamente en el mismo momento en que hay un gran debate planteado sobre el uso de las pantallas por los niños, se incentive de alguna manera el uso desde los mismos centros educativos?

Hasta hace unos diez años, todo el mundo lo abrazaba esto, pero se está viendo muy claramente que los niños no están aprendiendo. Una cosa que PISA y otras agencias y programas de evaluación constatan. El problema es general, pero Cataluña, como suele pasar, se ha avanzado. En el conjunto de España, asociaciones de profesores, sobre todo de secundaria, están movilizándose para evitar que las asignaturas se transformen en una cosa transversal. Pero se tiene que reconocer que los docentes están divididos. Y las familias también. No se sabe muy bien de qué va la cosa. Sobre el papel resulta muy bonito decir que el niño vaya descubriendo los conocimientos…

¿Cuál es el rol de las familias en la enseñanza?

Las escuelas tienen una representación de las familias y también está el Consejo Escolar, que es el órgano de gobierno de la escuela, donde también están representadas las familias. También hay una asociación de familias de Cataluña (ANFAC), que se dedica más a temas sociales. Hay toda una corriente docente y administrativa que considera que la escuela, más que en una función académica, tiene una función social, no muy bien definida.

Seguramente, no acaban aquí los problemas, sino todo lo contrario…

Con el decreto de plantillas, la dirección de las escuelas de primaria es externa, viene impuesta por la Inspección. No está integrada por profesores que forman parte de la plantilla, y se ponen o se sacan los maestros que ella decida. No puede decidir cómo dar las clases a los alumnos.

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1 comentario en ««Nuestros hijos no están aprendiendo»»

  1. Bravo por esta mujer. Veo que las familias se están moviendo. A ver si abrimos los ojos todos de una vez y vuelve la Educación y la Cultura a las escuelas. Nos va el futuro en ello.

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